La historia de la estafa que involucró 12,6 toneladas de carne
Órdenes de compra de cientos de kilos de filete, lomo vetado y otros cortes llegaron al área comercial de Procarne, que entregó los productos. Delincuentes se habían hecho pasar por representantes de un hotel. Nadie se dio cuenta, hasta que se agotó la línea de crédito.
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A razón de 120 gramos de carne por persona (la dosis diaria recomendada), 12,6 toneladas servirían para hacer un asado para más de 105 mil personas. A principios de este año, vendedores de la empresa Procarne –una de las principales del rubro en el país- entregaron de forma parcelada cientos de kilos de filete, lomo vetado y otros cortes, que sumaron 12.630 kilos. Pero todo fue una estafa.
Todo partió el 27 de febrero de este año, cuando la jefa de Ventas de Food Service de Procarne Comercial, recibió una llamada de una persona que se identificó como jefe de Compras de la cadena hotelera Diego de Almagro. Éste solicitó atención comercial para que se le suministrase carne envasada y que se le permitiese operar con crédito. Según dijo, necesitaba cambiar de proveedores debido a problemas de calidad.
La encargada le señaló que para trabajar con Procarne y operar con crédito, primero había que evaluar los antecedentes financieros de la razón social para la cual trabajaba, por lo que debía enviarle las carpetas tributarias, los antecedentes de las cuentas corrientes y los últimos balances de aquella. Ese mismo día, el supuesto comprador envió todos los datos solicitados vía correo electrónico.
Un día después, hasta uno de los computadores de la procesadora de carnes ovinas y bovinas –ligada a la familia Boettiger-, los supuestos compradores enviaron un segundo mail solicitando los datos para ingresarla como proveedora. Luego, llegó un tercer correo electrónico, requiriendo la primera orden de compra: 150 kilos de filete, 200 kilos de lomo vetado, 150 kilos de lomo liso y 400 kilos de posta rosada.
Ese mismo 28 de febrero, en Procarne se autorizó una línea de crédito a la razón social Hotelera Diego de Almagro Ltda., la que había sido visada por el subgerente Comercial y aprobada por la compañía de seguros Solunion Chile Seguros de Crédito, aseguradora de la faenadora y encargada de entregar cobertura. Los antecedentes financieros –hasta ahí- se encontraban conforme a las exigencias comerciales y legales de la procesadora de carne.
Se autorizó la orden de compra y se retiró la mercadería en un camión desde las bodegas de Procarne en Paine el 1 de marzo pasado. La historia se repitió seis veces, incluso con otras sociedades supuestamente vinculadas a la cadena hotelera Diego de Almagro.
No obstante, llegó el 15 de marzo de 2019, cuando se realizó una séptima orden de compra por cinco toneladas de distintos cortes de carne. Pero ésta no fue despachada, ya que las líneas de crédito con las cuales estaban operando las distintas razones sociales estaban pronto a alcanzar su cupo máximo y no se había recibido pago alguno por la venta de las mercaderías.
Ardid fraguado
La ejecutiva comercial de Procarne tomó el teléfono e intentó comunicarse con el supuesto ejecutivo de la cadena Diego de Almagro. No hubo respuesta. Luego llamó a la central. Ahí supo que todo había sido una estafa: quienes le solicitaron crédito para adquirir kilos y kilos de carne no eran funcionarios de la firma hotelera.
Todo se destapó el 18 de marzo pasado, cuando llegó un mail de la asistente de gerencia de los Hoteles Diego de Almagro al ejecutivo comercial de Procarne. "Te confirmo que las personas que han tratado con Uds. son estafadores y desde Oficina Central están investigando el tema. La semana recién pasada proveedores de carne, la cual no manejo más información, se contactaron con nosotros por lo mismo ya que estas personas inescrupulosas se pusieron en contacto con ellos para crear línea de crédito e ir a buscar la carne directamente, ellos nos alertaron (...). Le pido por favor me pueda enviar la información de los camiones, nombres y patentes para rastrear a estos descarados".
Todos estos antecedentes figuran en la querella criminal que presentó la empresa Procarne en contra de quienes resulten responsables. Ahí, la compañía informó que los documentos aportados por los supuestos representantes de la cadena hotelera eran fidedignos y habían sido aprobados por la compañía de seguros. Además, que el lenguaje que utilizaron y los correos electrónicos que enviaron, no permitían suponer algún tipo de engaño.
"Los malhechores simularon correos electrónicos desde casillas electrónicas con el nombre de la cadena hotelera, utilizaron el logo de esta y un lenguaje propio de este tipo de negocios comerciales, y por sobre todo, acompañaron documentación comercial original (...). Lo que da cuenta, de una completa puesta en escena para hacerle creer a mi representada una falsa relación comercial, que engañó inclusive a su aseguradora, Solunion Chile Seguros de Crédito S.A, por cuanto ésta aprobó conforme la mencionada documentación, las líneas de crédito", dice la querella presentada por los abogados de Procarne, en la cual se da cuenta que representantes de la cadena hotelera hicieron una denuncia en la fiscalía.
Según la acción judicial, al interior de Procarne se instruyó una investigación interna para determinar cómo ocurrieron los hechos, constatando que quienes se hicieron pasar por representantes de la cadena hotelera no lo eran y que, por ende, había sido víctima de un engaño para entregar mercadería sin recibir prestación a cambio. No obstante, la empresa logró identificar a los transportistas que retiraron los productos, aunque dice desconocer si forman o no parte del ardid fraguado, lo que deberá ser determinado por la investigación encomendada el pasado 3 de diciembre a la Fiscalía Regional Metropolitana Centro Norte.
Consultada la empresa, no se refirió a estos hechos.