Reportajes

La fórmula Sichel, el ministro más popular de Piñera

El titular de Desarrollo Social, con un papel clave en amortiguar el golpe de las familias por la crisis sanitarias y económicas, desde su arribo al ministerio en junio ha dado un nuevo impulso a la cartera, con más calle. ¿El objetivo? Llevar las políticas sociales al living de las casas donde el gobierno no llegaba.

Por: Rocío Montes | Publicado: Viernes 24 de abril de 2020 a las 04:00 hrs.
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Anda con sus pizarras de arriba abajo, desde la época de trabajador independiente y profesor universitario. En CORFO, tenía tres. En el Ministerio de Desarrollo Social, tiene otras dos en su propia oficina. Cuando termina una reunión, los colaboradores de Sebastián Sichel (1977) les sacan fotografías a sus explicaciones gráficas para lograr seguirle el ritmo a un ministro que, encima, habla bastante rápido. Son el mismo tipo de pizarritas que ha llevado en las últimas semanas a los matinales de televisión –especialmente al del 13, Bienvenidos– donde lo están invitando con frecuencia dada la cantidad de asuntos que debe explicarle a la gente sobre políticas sociales asociadas al covid-19.

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El abogado de la UC es, hoy por hoy, la estrella del gabinete: de acuerdo a la última CADEM, pasó de 43% a 58% de valoración positiva, con lo que se instala en la primera posición, seguido del ministro de Hacienda, Ignacio Briones (52%) y el ministro del MOP, Alfredo Moreno (48%). Es cierto que todo el equipo de ministros se ha visto arrastrado por el aumento de reciente popularidad del propio Ejecutivo y todos han aumentado su buena valoración, incluso a algunos que se les ha visto poco y nada. Pero el aumento de Sichel no está solo relacionado a la pandemia. Cuando en la encuesta CADEM del 3 de febrero superó el 40% de conocimiento y fue medido por primera vez, debutó como el quinto ministro mejor valorado (primero Briones y luego Moreno, Isabel Plá y Karla Rubilar).

Es resultado, en buena parte, de una estrategia. Cuando llegó al ministerio en junio pasado en reemplazo del ministro Moreno, Sichel escribió una minuta que repartió, entre otros, al entonces ministro del Interior, Andrés Chadwick. Se titulaba algo así como "Entrando al living de la casa" y, entre otros asuntos, hacía un diagnóstico: si bien el gobierno estaba realizando buena política social, la ciudadanía no tenía conocimiento de que era el Ejecutivo de Piñera el que la realizaba. Subían las pensiones, por ejemplo, y el termómetro se la popularidad no se movía. Por lo tanto, con experiencia en estrategia y comunicaciones, el desafío de Sichel al aterrizar al ministerio fue comenzar a hablarle al mundo que nadie del gobierno le estaba hablando –los estratos C3 y D–, que son los que necesitan justamente conocer y entender las políticas sociales.

Ex DC y ex Ciudadanos –el partido de Andrés Velasco–, el independiente en sus primeras horas en el gobierno declaró a revista Capital: "Quiero que este ministerio cambie los zapatos por bototos". Es lo que ha impulsado en estos 10 meses: mucha calle, por lo que lo conecta con dirigentes que han sido críticos del gobierno, como el presidente de RN, Mario Desbordes, que le ha dedicado abalanzas por los diarios.

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Fotos: Agencia Uno

La estrategia de Sichel tiene dos aspectos cruciales

En primer lugar, una mirada sobre la labor del ministerio y sus potencialidades. De partida, a diferencia de la gestión de la cartera en el segundo gobierno de Michelle Bachelet y en parte durante el mandato de Moreno (marzo de 2018 a junio de 2019), Sichel pensaba que no se le sacaba todo el provecho posible al ministerio si se enfocaba solo en sectores, como la Araucanía. Que el verdadero músculo de la cartera es la información socioeconómica de cerca de 13 millones de ciudadanos –lo que permite focalizar el gasto– y la evaluación de los programas sociales de todo el Estado (es decir, si se hace una escuela o si un proyecto de Vivienda tiene o no sentido). En definitiva, Sichel llegó a exprimir el instrumental técnico del ministerio para hacer políticas sociales.

El abogado con máster en derecho constitucional arribó con la idea de que el ministerio debía recuperar su protagonismo en focalización. En un trabajo que se comenzó a realizar en la época de Felipe Larraín, pero que se ha fortalecido con Ignacio Briones, se ha llegado a una especie de acuerdo con Hacienda: Teatinos 120 define el gasto y el que focaliza es el Ministerio de Desarrollo Social, lo que da un valor político distinto a las iniciativas gubernamentales. Con Briones –con quien Sichel se conocía desde la época de CORFO–, se entienden muy bien en lo técnico. En el gobierno dicen que tienen una mirada similar sobre la necesidad de ampliar la base de la economía.

Pero, en segundo lugar, está lo comunicacional. En la línea con la minuta "Entrando al living de la casa", cuando llegó a Desarrollo Social comenzó a apuntar a diarios populares y a las radios. En el marco de los "Diálogos ciudadanos" –la iniciativa del gobierno para reconstruir las confianzas luego de las revueltas de octubre–, Sichel recorrió entero el país y dio decenas de entrevistas en medios regionales, sobre todo en radios locales. Fueron unas 110.000 personas las que participaron del proceso, donde Sichel aprovechó para contar sobre políticas sociales.

Su presencia en matinales vino después, una vez que ya había estallado la crisis sanitaria.

Hasta los programas de televisión de la mañana llega con su pizarra, lo que funciona no solo para dar a conocer los detalles del bono covid-19, por ejemplo, sino que también en rating.

Para acercarse al formato ha sido crucial el trabajo de una colaboradora con experiencia en el mundo audiovisual, Clara Tapia. Otros dos puntales de su equipo son Victoria Paz, periodista y economista, que lo apuntala en lo técnico, y Hernán López, periodista, su jefe de gabinete y de comunicaciones, que lo ayuda en gestión y en el día a día. Con los tres trabajaba mientras fue vicepresidente ejecutivo de CORFO (entre mayo de 2018 y junio de 2019, cuando ingresó al gobierno).

Pese a las reticencias iniciales de la UDI por su nombramiento en Desarrollo Social –una cartera codiciada por ese partido–, Sichel ha logrado establecer una muy buena relación con el gremialismo: tanto con la senadora Jacqueline van Rysselberghe como con parlamentarios como Javier Macaya y Jaime Bellolio (con los que Sichel coincidió en Derecho de la UC, al igual que con su subsecretaria Carol Bown, entre otros dirigentes de primera línea del gobierno, como la ministra del Trabajo, María José Zaldívar, independiente). La relación, sin embargo, ha sido menos fluida que lo esperado con Evópoli.

Cercanísimo al ministro de la SEGPRES, Felipe Ward –con quien han hecho una buena dupla en lo personal y en el trabajo legislativo–, Sichel tendrá el desafío de sacar adelante en el Congreso el Ingreso Nacional de Emergencia, la mayor política social que haya implementado el Estado en los últimos 20 años, con la que se transferirán dinero al bolsillo por tres meses a cerca de 4,5 millones de personas. Representará un desafío legislativo y en su implementación, para lo que necesitará de la ayuda del oficialismo y de la oposición, donde mantiene buenos lazos con algunos de sus ex compañeros de la DC –como Matías Walker– y las generaciones mayores de los socialistas, como Jaime Tohá (padre de sus mejores amigos).

Por estos días no le queda tiempo para nada aparte de trabajar, aunque en su casa –Sichel es casado y tiene tres hijos entre 3 y 9– no le perdonan que en la noche no colabore con la comida del día siguiente. Algunas de sus especialidades son puré con pescado y lentejas.

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