Francisco Vidal (PPD): Sus razones para no firmar la carta
El exvocero de los expresidentes Ricardo Lagos y Michelle Bachelet aborda la contingencia y explica que “aunque comparto el fondo, me hubiera costado compartir una firma con algunos de sus signatarios, porque fueron oposición a Michelle Bachelet II”.
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El exvocero de los expresidentes Ricardo Lagos y Michelle Bachelet, Francisco Vidal (66) sigue la contingencia desde su rol de comentarista político en paneles de televisión, donde se explaya con críticas ácidas y mordaces comentarios.
A raíz de la incapacidad de la oposición de capitalizar el mal momento del gobierno, advierte que "si la elección presidencial fuera este domingo: Lavín es el candidato de la derecha; Beatriz Sánchez la del Frente Amplio; Jadue el candidato comunista y la exConcertación no tiene a nadie". Incluso descarta de plano que la alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, volviera a salvar a la oposición ante tanta carestía: "cero posibilidad, eso es sólo idea de otros, no de ella. Se lo digo con conocimiento hay cero posibilidad. Y le manda un mensaje a "los actuales liderazgos" de la exConcertación: "basta de sacarse el pillo con Michelle Bachelet".
Tampoco pudo eludir la polémica por las contribuciones impagas de parte del expresidente Ricardo Lagos, y su hijo el senador, por su residencia de descanso en Caleu. Compungido, el profesor de Historia parafraseó al propio Lagos Weber para salir del paso: "es un error inexcusable", respondió. En esta entrevista con Diario Financiero analiza también el proceso constituyente, la recién promulgada reforma tributaria y, cómo no, la carta de las figuras de la exConcertación que exhortan a un acuerdo nacional y que el exvocero no suscribió, aunque admite que tampoco se lo pidieron.
-¿Por qué no habría firmado la carta en la que figuras de la exConcertación exhortan a un acuerdo nacional?
-Aunque comparto el fondo, me hubiera costado compartir una firma con algunos de sus signatarios.
-¿Cómo quiénes?
-De los que vi, Gutenberg Martínez, Mariana Aylwin... Porque ellos fueron oposición a Michelle Bachelet II. Fueron oposición a la estrategia de la Nueva Mayoría, cuyo objetivo era combatir la desigualdad y el abuso. Y como lo hicimos más o menos no más, precisamente por la oposición sin duda de la derecha, pero con fuego amigo interno, nos estalló en la cara el 18 de octubre.
-¿Sólo esa razón?
-Te agrego otra, que muchos de los firmantes –aunque no he visto la lista completa- son viejos conocidos míos con diferencias en la Concertación. Casi todos ellos firmaron el documento de los complacientes y yo firmé el de los flagelantes, en 1997.
-¿Comparte con Allamand que podríamos estar frente a la resurrección de la Concertación?
-En absoluto. En la medida que renazca la Concertación como la conocimos, que hizo su tarea con éxitos y con insuficiencias, es triunfo seguro o para la derecha o para el Frente Amplio.
-Entonces, ¿a qué atribuye su entusiasmo?
-Le conviene que resurjamos, porque nos deja en el tercer lugar de la opción ciudadana como conglomerado político.
-¿Es posible un acuerdo gobierno-oposición?
-El acuerdo es imprescindible, no como el de 2005 que era aceptar el veto de la derecha. El de 2020 debe ser para avanzar, no para retrasar.
"Conducción al apruebo"
-¿Qué diferencia esencial ve entre este plebiscito y el del '88?
-Lo que no existe hoy es el liderazgo que convocaba el '88, para que la oposición estuviera unida detrás del NO, y que era una mezcla entre Gladys Marín, Lagos y Aylwin... Eso no existe.
-¿En relación al ánimo de la gente, al clima?
-En el '88 de cada 100 mayores de 18 años, 92 fueron a votar. Inédito en la historia de Chile.
-Es improbable repetir una cifra como esa.
-Hay mucho escepticismo, por lo que ha pasado en las últimas décadas. Pero los que saben más proyectan una votación superior a las últimas presidenciales con voto voluntario.
-¿A título personal cuál es su sensación?
-Que vamos a ganar. No es que lo diga yo, todas las encuestas sostienen que estamos entre el 60% y 70%. A su vez, el rechazo ha ido creciendo porque, de acuerdo a la última elección, la derecha es el 38%, o sea, ese es su techo. Pero digamos lo que digamos nosotros (los políticos de oposición) va a ganar el apruebo. El desafío es darle conducción al apruebo, es decir, darle contenido a la nueva Constitución.
-¿La violencia pueden influir en el resultado?
-Le da municiones a la estrategia de esa derecha que sostiene que el acuerdo del 15 de noviembre es producto de la violencia; que la violencia puede generar que no se haga el plebiscito o que un plebiscito en que ganemos con el apruebo es ilegítimo por la violencia. En consecuencia, políticamente -y ha pasado muchas veces en la historia de Chile- la conducta de la ultraizquierda, con un propósito completamente distinto al de la derecha, termina alimentando la estrategia de la derecha.
-¿Cuál debería ser la estrategia de la oposición?
-Dejarse de tontear y de andar peleando y ponerse como objetivo: hacer el plebiscito, ganarlo, que sea con convención constituyente y una nueva Constitución que cambie el modelo político y económico del país. Todo lo demás es secundario.
"Esta reforma tributaria es hija del 18 de octubre"
-¿Cómo aterrizaría el contenido de la nueva Constitución?
-En materia económico social el objetivo es que la Constitución, su segundo artículo, después de decir que es una república democrática, diga que Chile es un Estado social de derechos. Y para no especular cinco derechos garantizados de los que hoy no hay ninguno: salud, educación, vivienda, trabajo decente y pensiones.
-¿Podría ser que la oposición esté generando un exceso de expectativas en la gente?
-Es que a renglón seguido hay que decir que esos cinco derechos tienen que hacerse con responsabilidad fiscal. Es decir, que a nuevos gastos, nuevos ingresos; que es imposible caminar hacia el cumplimiento de ese mandato constitucional con la actual estructura tributaria chilena. No hay país desarrollado en el mundo que con el 20% de carga tributaria sobre el producto pueda garantizarse los cinco derechos básicos.
-¿Entonces, otra reforma?
-Eso implica una reforma tributaria sustantiva, yo calculo cinco o seis puntos más del producto, gradualmente, para llegar a 25 o 26 de carga tributaria sobre el producto, que permite ir caminando hacia la plena garantía de esos derechos de los que hablamos.
-¿Y qué pasa con la que se acaba de promulgar?
-Esta reforma tributaria es hija del 18 de octubre y aunque va a recaudar más, todavía no es suficiente para los derechos básicos que debe garantizar la nueva Constitución.