El dilema del oficialismo ante la propuesta de Chile Vamos de dividir la reforma de pensiones
La oposición está usando una estrategia conocida para presionar al Gobierno, ya que el oficialismo la estrenó durante el segundo mandato de Sebastián Piñera.
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Un déjà vu. En el ambiente político está la sensación de que la discusión de la reforma de pensiones se repite tal como en el gobierno de Sebastián Piñera. Aunque el proyecto aún no ingresa a tramitación, Chile Vamos ya mostró sus cartas y está poniendo sobre la mesa la posibilidad de dividir el proyecto y avanzar en la Pensión Garantizada Universal (PGU), respecto de la que existe disposición de aumentar tanto el monto como la cobertura, de manera –dicen el sector- de contribuir a mejores pensiones desde ahora.
La Sala de la Cámara despachó al Senado la reforma de pensiones del expresidente Sebastián Piñera el 29 de enero de 2020. La iniciativa fue aprobada por esta Corporación gracias a un acuerdo alcanzado entre el Gobierno de la época con la Democracia Cristiana. Pero mucho antes, la oposición se había unido tras una propuesta común: dividir el proyecto. Con ello se buscaba avanzar en una fórmula que fortaleciera el Pilar Solidario para mejorar las bajas pensiones.
La postura de la entonces oposición fue expresada en una carta publicada por El Mercurio, el 12 de noviembre de 2018 menos de un mes después del anuncio de la reforma previsional de Piñera (29 de octubre de ese año), suscrita por 15 presidentes de partido. Entre los firmantes se contaba a los timoneles de esa época del PS, Álvaro Elizalde; de la DC, Fuad Chahin, del Partido Radical, Carlos Maldonado; del Partido Comunista, Guillermo Teillier; de la Federación Regionalista Verde Social (FRVS), Jaime Mulet; y, Revolución Democrática, Rodrigo Echecopar, entre otros.
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Desde ese punto, la tramitación de la reforma de Piñera estuvo acompañada por la permanente exigencia de la oposición de dividir el proyecto, comprometiéndose a que de ser así, la parte que mejorara el Pilar Solidario contaría con sus votos y sería ley en el corto plazo.
El Gobierno se resistió a hacerlo durante prácticamente todo el mandato; sin embargo, iniciado el periodo electoral presidencial, unido a la baja popularidad del presidente Piñera y el estancamiento del proyecto en el Senado, obligó al Ejecutivo a tomar una determinación y lo hizo. El 8 de diciembre de 2021 anunció el proyecto que creaba la Pensión Garantizada Universal (PGU), dividiendo finalmente la reforma, que se convirtió en el legado del segundo mandato de Piñera.
La disyuntiva
Casi un año más tarde, el gobierno de Gabriel Boric se encuentra en similar disyuntiva. Y, especialmente en el Socialismo Democrático, a algunos parlamentarios les comenzó a rondar el sentimiento de que se verán enfrentados a la misma estrategia que ellos le impusieron a Piñera. La pregunta es si el actual gobierno y sus adherentes esperarán hasta el fin del mandato para ceder a la exigencia de la oposición o, por el contrario, cederán a ella con el foco puesto en que mejorar la PGU contribuiría también a mejores pensiones ahora.
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En general, en el oficialismo están reacios a ceder en este punto, motivados más que nada por la desconfianza que les genera la oposición, en un contexto de alta polarización del Congreso. El temor es que Chile Vamos aproveche el rechazo ciudadano a que el 6% adicional se destine a un fondo colectivo, para presionar por la separación del proyecto ya que mejorar la PGU puede resultar muy popular entre la opinión pública, pero que luego se dedique a dilatar la tramitación de la otra parte de la reforma de tal manera que no vea la luz.
El diputado Héctor Ulloa (indep.PPD), integrante de la Comisión de Trabajo, es uno de los que explicita este temor del oficialismo. “No me niego a esa posibilidad (separar el proyecto), en la medida que sea una disposición de buena fe, en el sentido de avanzar en el contenido de la propuesta que busca poner un componente de solidaridad en el sistema”, señala.
“Siempre va a haber voluntad de poder avanzar”, dice el senador socialista e integrante de la Comisión de Trabajo de la Cámara Alta, Gastón Saavedra; no obstante, complementa con una condición: “La disposición, sí, pero siempre y cuando se apruebe la reforma tributaria”, sentencia. Ello porque esos recursos, argumenta, se necesitan para aumentar la PGU a $ 250 mil.
Sin embargo, el presidente la comisión, diputado Alberto Undurraga (DC) expresa la otra postura, ya que insiste en que “es bueno para el país aprobar ambas reformas”, es decir, “el aumento de monto y mejoras específicas de la PGU, así como la reforma del sistema contributivo de pensiones, sobre la base de un acuerdo amplio”. A juicio de Undurraga, es “perfectamente pueden tramitarse en conjunto si está el informe financiero para ello y así apoyar con ambas reformas a los actuales y futuros jubilados”.
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Mucho más duro en su apreciación es el diputado comunista Luis Cuello, quien también integra la Comisión de Trabajo de la Cámara. Desde su punto de vista, la propuesta de la oposición de dividir la reforma constituye una “maniobra de la derecha para que las AFP sigan metiendo la mano al bolsillo de los chilenos”. Y sostiene que la reforma previsional “construye un nuevo sistema de Seguridad Social y, por lo tanto, debe ser tramitado íntegramente”.
Estas posturas dan cuenta de que la tramitación de la reforma de pensiones podría profundizar la crisis al interior del oficialismo, porque la postura de Cuello es bastante generalizada en Apruebo Dignidad, mientras que en el Socialismo Democrático (PS-PPD) existe mayor apertura, sobre todo porque están conscientes de que la actual oposición no hace más que replicar la estrategia que en su minuto usó la Nueva Mayoría en el gobierno de Piñera y no se vislumbra con claridad un argumento válido para negarse a la propuesta de Chile Vamos.