El dólar cerró a la baja este lunes de Semana Santa en que se respiró algo más de tranquilidad, gracias a nuevas pausas arancelarias anunciadas por Estados Unidos el fin de semana, las que de todas formas han sido criticadas como una muestra más de la imprevisibilidad de las políticas de la administración Trump.
La paridad dólar-peso bajó $ 5,45 a $ 967,85 al cierre del mercado, regulándose en las tres últimas horas de la sesión, después de abrir a $ 963 en las pantallas de Bloomberg. Viene de una semana de intensa volatilidad, donde en más de una ocasión superó los $ 1.000, pero donde de todas formas terminó con un sesgo a la baja.
Las divisas ligadas a los commodities y más sensibles a las fluctuaciones del mercado "están logrando los mejores retornos gracias al aumento del apetito por riesgo", publicaron esta mañana los estrategas de Scotiabank Global, Shaun Osborne y Eric Theoret.
El dollar index caía 0,5% hasta los 99,6 puntos -su menor nivel desde abril de 2022-, mientras que el cobre Comex saltaba 3,5% a US$ 4,68 por libra, aunque subió un más leve 0,7% en Londres. Los rendimientos del Tesoro de Estados Unidos cayeron con fuerza y la Bolsa de Nueva York siguió recuperándose.
"La pausa a última hora del viernes para las importaciones de productos electrónicos de consumo, librándolos del arancel del 145% sobre los productos chinos y la tarifa base de 10%, supone otra concesión a los mercados mundiales", destacaron los estrategas. Pero advirtieron que "esta pausa arancelaria podría no durar mucho".
¿Cambio de paradigma?
Las políticas de Washington han hecho que el estatus de refugio del dólar se debilite en favor de otras "monedas duras" tales como el franco suizo, el euro y el yen japonés; y de metales preciosos como el oro y la plata.
Esto diversificación ha estado lejos de trasladarse con la misma fuerza hacia las divisas emergentes, incluyendo al peso chileno: mientras el euro se aprecia 4,9% en lo que va de abril, el peso se debilita 1,9%. Con ello, la paridad euro-peso está en históricos niveles de $ 1.100.
No sólo el dólar se ha depreciado frente a sus pares desarrollados, sino que también se debilitaron los bonos del Tesoro a largo plazo, situaciones que rara vez ocurren de forma simultánea, y ponen de relieve la huida de todo tipo de activos estadounidenses como consecuencia de la guerra comercial impulsada por la Casa Blanca.
Según Derek Halpenny, jefe de estudios para la región EMEA y activos internacionales en MUFG, la pausa anunciada el fin de semana "no es más que otro ejemplo del elevado nivel de incertidumbre política que seguirá minando la confianza sobre los activos estadounidenses".
La tasa soberana a 10 años de EEUU subió a su ritmo más acelerado desde principios de siglo, en principio influida por las preocupaciones sobre los efectos inflacionarios de los aranceles sobre la primera economía del mundo.
Pero el viernes una alta funcionaria de la Reserva Federal aseguró que el banco central tomaría todas las medidas necesarias para estabilizar a los mercados si la situación lo requiere, algo que dio un respaldo a la confianza del mercado.
Halpenny sostuvo que "la forma más obvia de ayudar a la confianza de los inversionistas sería una reversión de las elevadas tasas arancelarias recíprocas sobre China como el resto del mundo", pero añadió que "eso parece poco probable, después de las represalias de China la semana pasada".