La turbulencia de los mercados financieros está afectando el costo financiero de Estados Unidos a un ritmo no visto en más de dos décadas, situación que tiene a los inversionistas atentos a medida que la guerra comercial sigue al rojo vivo.
El rendimiento del Tesoro a 10 años subió 6,5 puntos base (pb) a 4,49% este viernes, con lo que alcanza máximos desde febrero y exhibe un alza semanal de 50 pb, una magnitud no vista desde el 16 de noviembre de 2001.
A media mañana, el treasury llegó a dispararse 16 pb a 4,59%, con lo que habría anotado su semana más alcista desde 1982. Se trata de la principal tasa de referencia a largo plazo en un mercado que, valorado en cerca de US$ 29 billones (millones de millones), es el más importante del planeta.
Inflación, vigilantes y China
"En general los riesgos de recesión se ven reflejados más en las tasas cortas, pero los riesgos inflacionarios ya se están reflejando claramente en las tasas más largas, que además reflejan una mayor percepción de riesgo de impago. Por eso se está cobrando más por prestarle dinero a EEUU a 10 o 30 años", dijo a DF el director de riesgo financiero advisory en PwC, Patricio Jaramillo.
"Hay que entenderlo como un caso en secuencia. El shock ya generó la pérdida en los mercados accionarios, y ahora estamos en una segunda fase, que es el impacto en el mercado soberano. Esto tiene un horizonte diferente, porque estás hablando de financiamiento a 10 años o más", recalcó.
El persistente empinamiento de la curva de rendimeintos -alza de tasas largas y caída de tasas cortas- se convirtió en un movimiento de reversión durante la tarde de este viernes, después de que una alta funcionaria de la Reserva Federal dijera a Financial Times que el banco central estará dispuesto a asistir a los mercados en caso de que sea necesario.
La situación de los treasuries refleja una disyuntiva entre dos potenciales efectos de los aranceles: aumento de la inflación y desaceleración de la economía. "Creemos que el movimiento de los mercados de esta semana -con los rendimientos a más largo plazo subiendo mucho más rápidamente que los de corto plazo- reflejó en gran medida la opinión de que la Fed dará prioridad a la vertiente de crecimiento de su mandato", publicó RBC Wealth Management en su informe diario de mercados.
Una arista que se suma a este aspecto macro es la que tiene que ver con presiones por movimientos súbitos de actores relevantes. Por ejemplo, los "vigilantes de bonos", donde se encuentran grandes fondos de inversión tales como Bridgewater, Fidelity y BlackRock, que tienen la capacidad de hacer subir la tasa si es que se desprenden aceleradamente de sus tenencias (la tasa de un bono se mueve de forma inversa al precio).
Los gobiernos igualmente son actores relevantes, y aquí es donde China ha cobrado protagonismo en la discusión. "La última venta de treasuries se produjo tras la confirmación por parte de EEUU de que el arancel total sobre China es de 145%... También se especula sobre la posibilidad de que las medidas hayan tenido consecuencias no deseadas, y que una parte de las ventas proceda en realidad de China, que está abandonando su exposición al Tesoro", escribió el jefe de mercados en Interactive Investor, Richard Hunter.
Jaramillo explicó que "al subir la tasa a 10 años de EEUU, eso se traslada al resto del mundo. No solo se encarece la deuda estadounidense, sino que también se encarecen todas las tasas a largo plazo en otros países, aunque en distinta magnitud, dependiendo de cuán bien posicionada esté cada economía. Pero en términos generales, se produce un encarecimiento para todos los emisores".