El precio del yen japonés se ha encarecido de forma acelerada para los compradores chilenos, ya que mientras se instala una fuerte aversión al riesgo por la guerra comercial, el yen se beneficia de las perspectivas estables y con sesgo alcista sobre las tasas del Banco de Japón (BoJ, sigla en inglés).
A nivel local, el precio del dólar viene escalando desde el viernes hasta superar la marca de los $ 1.000 y acercarse a niveles de máximo histórico, debido a una masiva venta de monedas latinoamericanas. Por el contrario, el billete verde ha perdido amplio terreno frente a la divisa de Japón.
Como resultado, la paridad yen-peso registra un avance de 8% desde el cierre del 2 de abril -el "Día de la Liberación" en que Trump reveló sus aranceles recíprocos-, alcanzando $ 6,9 que son máximos desde julio de 2022, y superan sus promedios del quinquenio ($ 6,61) y de la última década ($ 6,32).
Junto con el franco suizo y el oro, el yen se ha posicionado como un atractivo refugio en este clima de inversiones. Los inversionistas han corrido a buscar alternativas al dólar, que pierde rentabilidad en depósitos por los temores de recesión en Estados Unidos, puesto que dicho escenario desencadenaría mayores bajas de tasas por parte de la Reserva Federal.
Políticas divergentes
"El nombramiento del secretario del Tesoro, Scott Bessent, para dirigir las negociaciones comerciales entre EEUU y Japón, junto con las amenazas del Presidente Trump de imponer aranceles adicionales a China, ha intensificado la aversión al riesgo e impulsado los flujos de refugio hacia el yen", dijo la jefa de estudios de Sucden Financial, Daria Efanova.
"La postura cada vez más agresiva del BoJ y la posible normalización de su política monetaria, junto con las expectativas de recortes de tasas de la Fed, crean unas perspectivas de política monetaria divergentes que siguen presionando hacia abajo al dólar-yen", explicó.
Las tasas swap de Japón descuentan una tasa oficial estable durante todo el año. El gobernador del BoJ, Kazuo Ueda, dijo el miércoles que el banco central tendrá que determinar el impacto de la política comercial estadounidense sobre el crecimiento y la inflación del país.
"Ueda insistió en que el BoJ subiría las tasas si la economía sigue mejorando, y actualmente la inflación subyacente está aumentando y acercándose a la meta de 2%", apuntó Kenneth Fisher, analista de mercados de Oanda.
Pero el banquero central también sostuvo que los aranceles estadounidenses han creado una nueva incertidumbre, y señaló que el BoJ podría aplazar las alzas de tasas hasta que la situación esté más clara.
"Lo que se deduce es que el BoJ se está mostrando muy cauto con toda la agitación de los mercados, y está rebajando las expectativas de una subida de tasas en la reunión del 1 de mayo", razonó Fisher.