El enfrentamiento entre
Uruguay y Argentina en la Unasur obligó hoy a posponer la discusión
sobre la elección de su secretario general hasta abril, aunque el
grupo fue unánime en su respaldo al presidente Evo Morales y acordó
enviar observadores al referendo de Bolivia del próximo enero.
La Cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur),
celebrada en el balneario brasileño de Costa do Sauípe (noreste del
país) a instancias del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, apenas
se prolongó durante una hora, encajada entre la clausura de la cita
del Mercosur y el inicio del cónclave de América Latina y el Caribe.
No obstante, los mandatarios tuvieron tiempo para dialogar sobre
los temas en los que hay consenso y pasar de puntillas sobre la
designación del secretario general, el principal conflicto de este
organismo multilateral integrado por doce países sudamericanos y
creado en mayo de este año en Brasilia.
El debate sobre el liderazgo no figuraba oficialmente en el orden
del día y ni siquiera se menciona en la declaración final de la
Cumbre de Unasur.
En dicho documento, los gobernantes del bloque expresan "su
reconocimiento" al informe elaborado por la Comisión de
Esclarecimiento de la matanza ocurrida en la región boliviana de
Pando en septiembre, en la que murieron 20 campesinos -en su mayoría
seguidores del Gobierno de Morales- y otros 70 quedaron heridos.
El informe, cuestionado por la derecha opositora boliviana, "ha
cumplido con celeridad e imparcialidad" su tarea y "contribuido con
rigor y responsabilidad al establecimiento de los hechos y a evitar
la impunidad de graves violaciones de los derechos humanos", señala
la declaración.
La llamada Comisión de la Verdad, coordinada por el jurista
argentino Rodolfo Mattarollo, estableció la responsabilidad de las
autoridades de Pando en lo que califica como "un crimen de lesa
humanidad".
El texto, presentado en la cita presidencial por Mattarollo, será
elevado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y al
Alto Comisionado de Derechos Humanos de la ONU, anunció el canciller
brasileño, Celso Amorim.
La unanimidad sobre el papel de la Unasur en la crisis boliviana
no se tradujo en un consenso para destrabar la designación del
secretario general.
"No se habló de ningún nombre para la Secretaría General" de la
Unasur, se limitó a comentar Amorim.
El problema nace del veto de Uruguay a la candidatura del ex
presidente argentino Néstor Kirchner (2003-2007) para liderar el
bloque sudamericano.
Uruguay le ha pasado factura a Kirchner por el enfrentamiento por
la papelera de Botnia, instalada en la localidad uruguaya de Fray
Bentos, y las pérdidas sufridas tras dos años de bloqueo del puente
fronterizo de Gualeguaychú por parte de ecologistas argentinos.
Para evitar ahondar en el enfrentamiento, la Cumbre acordó darse
de plazo hasta el próximo abril para negociar el mecanismo de
elección del secretario general, que actualmente se hace por
unanimidad.
El ecuatoriano Rafael Correa, impulsor de la candidatura de
Kirchner, planteó que los estatutos de la organización hablan de la
necesidad de consenso, pero no de unanimidad para la elección de la
Secretaría General, ante el silencio del uruguayo Tabaré Vázquez.
Además, aunque tampoco apareció recogido en la declaración final,
los mandatarios aprobaron la creación de los consejos suramericanos
de Defensa y de Salud.
Al término de la reunión, los presidentes evitaron hablar de
diferencias y prefirieron subrayar las coincidencias.
En declaraciones a Efe, Tabaré Vázquez destacó que el cónclave
permitió "afianzar" la Unasur y explicó que no planteó su postura
sobre la elección del secretario general porque "no estaba en el
orden del día".
Vázquez evitó confirmar si, tal como apuntaron medios locales,
llegó a valorar la posibilidad de abandonar la Unasur en caso de que
prosperara la candidatura de Kirchner.
Su homóloga argentina, Cristina Fernández, también se mostró más
que complacida con el resultado de la cita y evitó referirse al
contencioso con Uruguay porque, apuntó, las cumbres no son foros
adecuados para tratar de "individualidades y diferencias
encapsuladas de cada país".
La mandataria tampoco se pronunció sobre las aspiraciones de su
esposo y antecesor en el cargo, Néstor Kirchner, quien, según
fuentes diplomáticas consultadas por Efe, no parece dispuesto a
renunciar fácilmente a su propósito de liderar la Unasur.