El presidente de Uruguay, Tabaré
Vázquez, renunció al Partido Socialista, que integraba desde 1983,
molesto por las críticas de legisladores de esa fuerza a su veto a
la ley que despenaliza parcialmente el aborto.
El vicepresidente, Rodolfo Nin Novoa, dijo hoy que el presidente
le comunicó su renuncia al partido, algo que a su juicio puede
"perjudicar" a la gobernante coalición de izquierda Frente Amplio.
Vázquez envió la pasada semana una nota de renuncia al secretario
general del Partido Socialista, Eduardo Fernández, pero el tema se
mantuvo en reserva.
Varias de las principales figuras del partido intentaron
convencer al presidente para que modificara su decisión, pero la
mantuvo firme.
La renuncia de Vázquez es "desproporcionada", supone "un duro
golpe" y "no se puede aceptar", afirmó la senadora socialista Mónica
Xavier, una de las impulsoras de la ley de despenalización parcial
del aborto.
"Más allá de diferencias puntuales, como es el caso del tema del
aborto, el presidente tiene todo el respaldo del Partido
Socialista", agregó la legisladora, médica de profesión.
El jefe de Estado se molestó con sus compañeros socialistas, que
lo criticaron con dureza por su veto a la ley que despenaliza el
aborto, aprobada en el Parlamento con los votos de la gobernante
coalición de izquierda Frente Amplio, que tiene la mayoría en
senadores y diputados.
Algunos dirigentes socialistas fueron aún más duros con el jefe
de Estado y criticaron que haya puesto por delante sus creencias
personales frente a la opinión del partido, ampliamente mayoritaria,
a favor de despenalizar el aborto.
En Uruguay la reelección presidencial está prohibida por ley y
Vázquez señaló públicamente que la mejor fórmula del Frente Amplio
para los próximos comicios deben integrarla el ex ministro de
Economía y Finanzas Danilo Astori y el ex líder guerrillero y ex
ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca José Mujica.