El superávit comercial de Japón corre el riesgo de
evaporarse a causa de la crisis económica internacional y del progresivo encarecimiento
del yen, que hoy marcó nuevos máximos frente al euro en casi siete años.
El Ministerio de Finanzas informó hoy de que el superávit
nipón se redujo un 94,1 % en septiembre hasta los 973 millones de dólares, dato
que coloca a la balanza comercial japonesa en su peor nivel de los últimos 26
años.
En el primer semestre del año fiscal, entre abril y
septiembre, el superávit comercial de Japón cayó un 85,6% interanual hasta
US$ 8.206 millones, su nivel más bajo desde el segundo semestre del
ejercicio de 1981.
En los meses de agosto y enero de 2008, además, la balanza
comercial nipona registró sendos déficit, también por primera vez desde la
crisis del petróleo de comienzos de la década de los 80.
Las exportaciones, hasta ahora el gran motor de la segunda
economía del mundo, se están ralentizando sobre todo debido a la crisis en
mercados como Estados Unidos.
En septiembre las exportaciones de bienes nipones crecieron
apenas un 1,5 % frente a un incremento del 28,8 % de las importaciones, el
mayor en dos años.
Las exportaciones de bienes nipones a Estados Unidos cayeron
casi un 11 % y a la
Unión Europea (UE) descendieron un 9 %, mientras que las
destinadas a Asia crecieron apenas un 3 % el pasado septiembre.
Si se toma en cuenta el dato del primer semestre del año
fiscal japonés, el resultado es algo más contenido aunque se aprecia una
ralentización progresiva de las exportaciones.
Las importaciones desde Japón aumentaron entre abril y
septiembre un 16,1 %, mientras las exportaciones lo hicieron sólo un 2,5 %.
Una mala noticia para un país que hasta esta década no salió
de la recesión y que es especialmente dependiente de las exportaciones de sus
gigantes empresariales de la electrónica y el motor.
Los resultados de algunos de esos emporios corporativos se
conocerán a partir de la semana próxima, pero muchos de ellos, desde el
fabricante Toyota al banco Mitsubishi UFJ y Sony, ya han admitido descensos en
su previsión de beneficios, producción o ventas.
Hoy mismo el gigante de la electrónica Sony
recortó un 37,5 % su pronóstico de beneficios anual con respecto al que hizo en
julio pasado, que ahora sitúa en 1.540 millones de dólares, un 59 % menos que
el ejercicio anterior.
Además de la crisis en sus principales mercados, a las
empresas japonesas les está afectando sobremanera la apreciación del yen frente
al dólar y el euro por su fortaleza como divisa de refugio.
Sony, cuya división de electrónica supone el 70 % de sus
ventas al exterior, explicó que el descenso en la previsión anual de beneficios
se debe a que ahora espera que el dólar se cotice en la banda de 100 yenes y no
en 140 yenes, como preveía anteriormente.
Hoy el dólar llegó a caer durante la sesión hasta la banda
de los 96 yenes, su peor nivel en siete meses, mientras la moneda única europea
lo hacía hasta los 123 yenes, su nivel más bajo desde diciembre de 2002.
Al cierre, la divisa verde estadounidense acabó en los 97,68
yenes, mientras la moneda única europea concluía en los 125,22 yenes, algo más
de dos yenes menos que ayer.
El descenso de las exportaciones, la reducción de los
beneficios empresariales, la caída de la producción industrial y otros datos
macroeconómicos que van divulgándose poco a poco parecen apuntar a la misma
dirección.
Japón, por primera vez desde 2002, está a punto de caer en
una fase de recesión.
Entre abril y junio la segunda economía del mundo se
contrajo un 3 % y para el siguiente trimestre los analistas coinciden en que
datos como el descenso de las exportaciones apuntalarán un segundo descenso del
PIB, que técnicamente equivale a una recesión.