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Rusia y Turquía están al borde de una confrontación directa en Siria

Por: | Publicado: Martes 16 de febrero de 2016 a las 04:00 hrs.
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La tensión entre Rusia y Turquía está alcanzado un nuevo peak con los dos países intensificando las acciones militares en Siria en apoyo a bandos contrarios y acercándose cada vez más a un enfrentamiento directo en la guerra cada vez más internacionalizada del país.

La creciente brecha entre los dos países -con cada uno ahora atacando los rebeldes que el otro apoya- ha alarmado a los diplomáticos occidentales en medio de los temores de que Rusia está tratando de socavar a la OTAN mediante el aumento gradual de su choque con Ankara.

“Nos parece que al igual que en el Báltico, Rusia quiere presionar la capacidad de la OTAN de respaldar a todos sus miembros”, dijo un funcionario de la OTAN. Un alto funcionario europeo dijo que el presidente ruso, Vladimir Putin, está tratando de desestabilizar a Recep Tayyip Erdogan, su homólogo turco.

“Putin está furioso con Turquía”, dijo el funcionario europeo. “La situación es realmente muy grave”.

El último aumento de tensión gira en torno a los combatientes kurdos en Siria, que están respaldados por Moscú y Estados Unidos y otros países occidentales, pero a quien Ankara ve como antagonistas.

Los ataques de Moscú contra los rebeldes anti-Assad en la provincia Alepo en el norte de Siria han creado una atmósfera de caos que ha sido explotada por la milicia kurda de Siria, conocida como el YPG. Se ha apoderado de las ciudades en poder de los rebeldes apoyados por Turquía y los estados del Golfo.

A su vez, Turquía ha comenzado a bombardear a los combatientes kurdos después de que avanzaran a la frontera con Turquía, a pesar de las advertencias de Ankara. El ejército turco continuó el ataque ayer, a pesar de las denuncias furiosas de Moscú, que llamó a las Naciones Unidas a condenar los ataques.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia dijo que las acciones de Turquía habían golpeado pueblos sirios “recientemente liberados de los terroristas” por el ejército sirio y combatientes kurdos, y había “matado y herido a muchos en la población civil, destruido infraestructuras y edificios residenciales”. Rusia, que se acusó a sí misma de atacar tres hospitales en el norte, está dispuesta a poner la atención en Ankara, poniendo de relieve la brecha entre Turquía y sus socios de la OTAN.

Ankara denuncia al grupo militante YPG como una filial del ilegalizado Partido de Trabajadores de Kurdistán, contra el que ha estado luchando durante tres décadas.

También ve a los combatientes kurdos como rivales de los rebeldes árabes suníes que Turquía favorece en el conflicto sirio.

Pero Estados Unidos valora a YPG como la fuerza siria más exitosa en la lucha contra Isis, el grupo yihadista extremista.

El primer ministro de Turquía, Ahmet Davutoglu, acusó al YPG de ser “un instrumento de Rusia en Siria”, amenazando con nuevos ataques contra los combatientes kurdos.

Dijo que Turquía atacaría a la base aérea de Menagh al norte de Alepo si los kurdos sirios no se retiran de ella y se comprometió a proteger a la ciudad fronteriza siria de Azaz de las fuerzas kurdas.

Moscú también acusó a Ankara de permitir a los combatientes cruzar la frontera hacia Siria para unirse a Isis y a los grupos relacionados a al-Qaeda mientras que permite a los combatientes heridos volver a Turquía. Turquía ha negado todos estos cargos.

A pesar de un acuerdo de alto el fuego que debe comenzar a fines de este semana y que exige que todas las partes en el conflicto dejen la lucha, los ataques aéreos rusos no han mostrado señales de que vayan a disminuir.

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