La OPEP afronta el reto de decidir mañana
en Viena cuántos barriles retirará del mercado y a qué velocidad
para tratar de lograr un precio del crudo que no perjudique a sus
países miembros ni empeore la situación de los consumidores.
Así lo explicó hoy en Viena el presidente de turno de la
Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y ministro
argelino de Energía, Chakib Jelil, en una entrevista con un grupo
reducido de periodistas.
"La decisión que afrontamos es muy difícil", dijo Jelil, tras
recordar que la extrema volatilidad de los precios, que subieron
hasta los US$147 el barril en julio para caer a menos de US$65 el barril estos días, tuvo su origen en la crisis de hipotecas
de alto riesgo en EEUU desatada en agosto de 2007.
Actualmente, "tenemos exceso de oferta, los inventarios (reservas
almacenadas de crudo y derivados) están muy altos", destacó el
presidente de la organización.
Por ello, y al igual que en situaciones similares del pasado, la
mayoría de los trece países miembros de la organización aboga ahora
por recortar el nivel de producción conjunta, pero actualmente,
según Jelil, el grupo debe tener en cuenta tres puntos importantes.
En primer lugar, el recorte no debería impactar negativamente en
la economía mundial y la OPEP no quiere empeorar la crisis
financiera, subrayó.
Por otro lado, "no queremos que nuestros países, que si bien se
encuentran en una situación mejor (que los afectados por la crisis
financiera) entren también en crisis", añadió.
Y en tercer lugar, la OPEP debe pensar que "en cualquier caso,
habrá un impacto (negativo) en los suministros petroleros en los
próximos tres años", pues tanto el desplome de los precios como la
falta de liquidez y créditos internacionales ha comenzado ya a
retrasar y paralizar numerosas inversiones en el sector.
Según el presidente del grupo que controla cerca del 40% de la producción mundial de crudo, muchas pequeñas empresas
del sector petrolero no reciben los créditos que necesitan para
funcionar y van a desaparecer, e incluso grandes consorcios tienen
problemas para desarrollar sus proyectos.
Además, los precios del barril por debajo de los US$70 y US$80 causan problemas al desarrollo de fuentes de energía más costosas,
como los biocarburantes o la explotación de arenas bituminosas y
crudo extraído en alta mar.
"Ahora, ¿qué hacemos? Queremos reducir, pero cuánto y cuán
rápido, no lo sé", reconoció el ministro argelino.
Estimó que se debe evitar tanto una reducción muy drástica como
una demasiado limitada, pero declinó dar cifras, tras limitarse a
señalar que sería "demasiado grande" una reducción de 3 millones de
barriles diarios (mbd), y "demasiado pequeña", de 100.000 bd.
Pero insistió en que no sólo la OPEP, sino también los
productores ajenos al grupo e incluso los consumidores tienen
"razones" para favorecer una disminución de la oferta petrolera en
estos momentos, a la vista del freno de la demanda causada por el
"impacto de la crisis financiera en la economía real".
"Pensamos que sólo en China, India y Oriente Medio habrá un
crecimiento de la demanda en 2009", advirtió.
"Realmente, tenemos que calibrar nuestra decisión", insistió
Jelil, y vaticinó que los ministros de la OPEP que han comenzado a
llegar a Viena trabajarán "intensamente esta noche", para acercar
posiciones antes de la 150 conferencia que la organización tiene
previsto abrir a las 09.00 hora local (07.00 GMT) de mañana.