El presidente electo de EE.UU., Barack
Obama, valoró hoy los planes de viabilidad que han presentado los
tres grandes de la industria automovilística del país, Ford, GM y
Chrysler, al afirmar que son propuestas "más serias".
Por su parte, la portavoz de la Casa Blanca, Dana Perino, reiteró
hoy en una rueda de prensa la postura del Gobierno de George W. Bush
de que los fabricantes deben demostrar viabilidad para ser
auxiliados.
El Gobierno "no descarta nada (... porque) hemos dicho que
queremos ayudarles, pero solo si estos planes proveen (perspectivas
de) viabilidad", dijo Perino.
Obama, que hoy compareció en una rueda de prensa en Chicago para
dar a conocer el nombramiento del Gobernador de Nuevo México, Bill
Richardson, como Secretario de Estado, se refirió a los planes de
viabilidad que presentaron las tres compañías ayer al Congreso.
"Cuando los tres grandes fabricantes vinieron (al Congreso) hace
tres semanas no ofrecieron un plan claro de viabilidad a largo
plazo", apuntó Obama, quien destacó que los planes que han puesto
sobre la mesa contienen propuestas "más serias".
Si se logra un acuerdo sobre un plan de rescate, el Senado tiene
previsto someterlo a votación el próximo 8 de diciembre.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, no ha
precisado fecha, pero señaló en una rueda de prensa que existe la
posibilidad de que se programe una sesión la próxima semana.
En los planes de viabilidad presentados, los "Tres Grandes de
Detroit" solicitan un total de US$34.000 millones en
préstamos y líneas de crédito.
El monto que solicitan las empresas es superior a los US$25.000
millones que los demócratas han estado negociando.
De los tres fabricantes, GM es el que más urgencia tiene para un
salvavidas del Congreso, pues ha solicitado US$12.000 millones en préstamos y una línea de crédito de US$6.000 millones.
GM espera recibir una primera partida de US$4.000 millones en diciembre para continuar sus operaciones, y ha
argumentado que la bancarrota no es una opción.
Los expertos prevén que, pese a la voluntad de ayudar al sector,
el Congreso continuará inmerso en disputas con la Casa Blanca sobre
la fuente de esas ayudas.
Los demócratas insisten en la idea de usar el rescate financiero
de Wall Street de US$700.000 millones, pero la mayoría de
los republicanos prefiere que el salvavidas provenga de un programa
de préstamos a cargo del Departamento de Energía aprobado en
septiembre.
Los trabajadores del sector automotriz de EE.UU. han aceptado,
por otro lado, suspender los pagos a un fondo de salud y un
controvertido programa que beneficia a desempleados, con tal de que
el Congreso ayude a los fabricantes de automóviles.
El presidente del Sindicato de Trabajadores de la Industria
Automotriz (UAW), Ron Gettelfinger, hizo el anuncio tras una reunión
de emergencia con los presidentes y ejecutivos de mayor rango de
General Motors (GM), Ford y Chrysler, para discutir soluciones a la
crisis de liquidez.
Como parte de las concesiones, el sindicato ha acordado suspender
el programado denominado "Banco de Trabajos", que permite que los
empleados despedidos por las empresas reciban hasta el 95% de sus
salarios.
El gremio también aceptó que las compañías cesen en 2010 los
pagos que efectúan a un fondo de cuidado médico de los jubilados,
además de varias modificaciones al contrato colectivo que negociaron
con la patronal en 2007.
Tanto Gettelfinger como los máximos ejecutivos de GM, Ford y
Chrysler comparecerán en sendas audiencias del Congreso mañana y el
viernes, para analizar los planes de reestructuración de las
empresas.
Gettelfinger reconoció que su gremio está bajo "intensas
presiones" para hacer concesiones en este período de crisis, en el
que la recesión y la caída en las ventas han puesto en peligro la
supervivencia al sector automotriz, y las empresas que dependen del
mismo.