El presidente electo de Estados Unidos, Barack Obama,
expresó hoy su apoyo al anuncio de su predecesor, George W. Bush, de ayudas por
valor de US$ 17.400 millones a la industria del automóvil.
En un comunicado, Obama consideró las medidas adoptadas por
el Gobierno saliente "un paso necesario" para evitar el hundimiento
del sector automovilístico estadounidense, que ha visto agravada la crisis que
ya arrastraba debido a la drástica caída en las ventas en los últimos meses.
El colapso del sector, explicó Obama, "hubiera tenido
unas consecuencias devastadoras en nuestra economía y entre nuestros
trabajadores".
La ayuda a corto plazo que representan los préstamos debe
servir, a juicio del presidente electo, para que todas las partes implicadas,
"incluidos los trabajadores, los concesionarios, los acreedores y los
proveedores", adopten las medidas necesarias para lograr la viabilidad a
largo plazo del sector.
"Las compañías automovilísticas no deben desperdiciar
esta oportunidad de reformar la mala gestión administrativa y comenzar la
reestructuración a largo plazo que es imprescindible para salvar esta
importante industria y los millones de puestos de trabajo que dependen de
ella", destacó el futuro mandatario.
En una comparecencia antes de la apertura de los mercados
hoy, Bush anunció que el dinero del plan, que tiene como objetivo evitar el
colapso del sector del motor en Estados Unidos, procederá de los 700.000
millones de dólares de ayudas reservados para el rescate del sector financiero.
Bush no ofreció detalles durante su discurso de cuánto
dinero General Motors y Chrysler recibirán, pero funcionarios de la Casa Blanca indicaron
que los dos fabricantes recibirán de forma inmediata US$ 13.400 millonesen prestamos, y otros US$ 4.000 millones estarán disponibles en febrero.
La empresa automovilística Ford ha dicho que no necesita en
estos momentos ayuda financiera.