El Gobierno de EE.UU. debe dar una
ayuda financiera de inmediato a General Motors, Ford y Chrysler si
no quiere que acaben en la bancarrota, advirtió hoy en una audiencia
en el Congreso el economista jefe de Moody's Economy.com, Mark
Zandi.
El economista de Moody's abrió hoy el turno de intervenciones en
la audiencia del Comité de Banca del Senado, en la que también está
previsto que tomen la palabra los máximos ejecutivos de los "Tres
Grandes de Detroit", como se denomina a estos fabricantes.
Los ejecutivos aprovecharán su testimonio para urgir a los
legisladores a que les den los US$34.000 millones en
préstamos que necesitan para sobrevivir, y que están contenidos en
los planes de viabilidad que presentaron esta misma semana en el
Congreso.
Zandi dijo que "sin esa ayuda, los fabricantes de automóviles
terminarán pronto en bancarrota, lo que provocará liquidaciones y
centenares de miles de despidos, en momentos en que la economía
sufre su peor recesión desde la Gran Depresión".
Según el experto, los US$34.000 millones en préstamos que
piden las tres compañías "no serán suficientes para que puedan
evitar la bancarrota en los próximos dos años".
El economista de Moody's calculó que, en todo caso, los tres
fabricantes necesitarán entre US$75.000 millones y US$125.000 millones para "evitar este destino fatal".
Zandi, sin embargo, tiene confianza en que los planes de
reestructuración que han elaborado las tres empresas podrían proveer
a la industria automotriz estadounidense la viabilidad que necesita
a largo plazo.
Recomendó que el Congreso apruebe los US$34.000 millones en dos partidas, a cambio de que las compañías se comprometan a
restringir las compensaciones a los ejecutivos, entre otras
concesiones.
Por su parte, en la misma audiencia, el interventor interino de
la Oficina de Supervisión del Gobierno (GAO), Gene Dodaro, recomendó
al Congreso que, si finalmente decide rescatar al sector, lo haga
pero después de fijar varias condiciones.
Entre ellas, pidió la creación de una junta que "apruebe,
desembolse y supervise" el uso de estos fondos iniciales, provea
partidas adicionales de recursos si se necesitan, y vigile el
cumplimiento de cualquier reforma estructural de las compañías.
En la audiencia que se está celebrando hoy, los legisladores se
mostraron menos hostiles a la posibilidad de acudir al rescate del
sector, aunque se mantiene un cierto escepticismo en torno a si se
debe ayudar a un sector que ha cometido errores y excesos.
El Congreso exigió que las compañías presentaran un plan de
viabilidad a cambio de estudiar una posible estrategia de rescate
que, de concretarse, podría ser votada en el Senado la próxima
semana.