La canciller alemana, Angela Merkel, y el
presidente francés, Nicolas Sarkozy, harán de la lucha contra los
"excesos banqueros" causa común en la próxima cumbre del G-20 en
Pittsburgh (EE.UU.), para lograr que se avance hacia una regulación
internacional de las bonificaciones de directivos.
"Debemos hacer que el proceso iniciado en Londres se continúa en
Pittsburgh hasta lograr la aplicación completa, punto por punto, de
las resoluciones adoptadas en la anterior cumbre", dijo hoy Sarkozy,
en conferencia de prensa conjunta con Merkel.
"No debemos dejar pasar la oportunidad de que se materialicen
esas resoluciones", apuntó la canciller, en alusión a la posibilidad
de que ante las primeras perspectivas de alivio coyuntural se
relajen o quede en nada lo decidido en la anterior cumbre.
Alemania y Francia presionarán, por tanto, en la cumbre de
Pittsburgh, a finales de septiembre, para que se introduzcan, a
escala internacional, reglas más severas contra las bonificaciones
"exorbitantes" -en palabras de la canciller- a directivos de bancos.
"Ningún banco debe ser tan grande que llegue a estar en
posiciones de presionar a los Estados. No podemos permitirnos
encontrarnos de nuevo en la situación de vernos presionados a acudir
en rescate de bancos, simplemente porque son demasiado poderosos",
indicó Merkel.
Según explicó Merkel, los respectivos titulares de Finanzas, Peer
Setinbrück y Christine Lagarde, acudirán a la próxima reunión a
nivel ministerial y de gobernadores de bancos centrales, este
viernes en Londres, preparatoria para la cumbre, con una carta
conjunta con medidas concretas para presentarla a sus colegas.
"Nosotros estamos dispuestos a aplicar estas reglas contra los
bonos, incluso si otros países no deciden seguir nuestro
ejemplo, porque no podemos dejar caer unas normas necesarias solo
porque otros no estén dispuestos a hacer lo mismo", dijo Sarkozy.