El presidente brasileño, Luiz Inácio
Lula da Silva, propuso hoy un nuevo marco legal para la prometedora
riqueza petrolera del "presal", que apunta a fortalecer la presencia
del Estado en un área considerada "estratégica" para el desarrollo.
"La premisa es que el petróleo y el gas pertenecen al Estado, lo
que es decir que pertenecen a todo el pueblo brasileño", declaró
Lula en un acto al que acudieron unas 400 personas, entre miembros
del Gobierno, parlamentarios y empresarios.
Lula se escudó en la actual crisis financiera para defender su
propuesta y afirmó que, gracias a esas turbulencias, "se descubrió
que, sin la regulación del Estado, el 'Dios mercado' puede acabar
con el mundo en un abrir y cerrar de ojos".
El nuevo marco pretende reglamentar todas las operaciones de
exploración y explotación de la riqueza del llamado "presal", una
vasta zona del litoral Atlántico que se extiende sobre una franja de
800 kilómetros de largo por 200 de ancho, que se calcula que puede
esconder reservas de unos 80.000 millones de barriles de crudo.
El mayor desafío es que esa riqueza petrolera se sitúa en
promedio a unos 150 kilómetros de la costa y a profundidades que
varían entre 5.000 y 7.000 metros, bajo costras salinas con altas
temperaturas y un espesor que va de 300 a 2.000 metros.
Lula admitió que la explotación de ese petróleo requerirá fuertes
inversiones, que el Gobierno calcula en unos US$210.000 millones para los próximos diez años, sin que haya "certeza de cuánto
(petróleo) hay" allí.
Sin embargo, afirmó que "con toda seguridad el 'presal'
convertirá a Brasil en uno de los países con las mayores reservas de
petróleo del mundo".
Si se confirman las previsiones, Brasil pasaría a contar con unas
reservas cercanas a 100.000 millones de barriles, cantidad que sólo
poseen Venezuela, Arabia Saudí, Canadá, Irán, Irak, Emiratos Árabes
Unidos, Kuwait y Rusia.