El presidente brasileño, Luiz Inácio
Lula da Silva, analizará mañana con una treintena de empresarios del
país el impacto de la crisis financiera en la economía nacional,
informaron hoy fuentes oficiales.
A la reunión convocada por Lula asistirán, además, los ministros
de Hacienda, Guido Mantega; Desarrollo, Industria y Comercio
Exterior, Miguel Jorge; y de la Presidencia, Dilma Rousseff.
Por el sector privado, estarán presentes directivos de unas 30
empresas de los sectores productivos más representativos del país,
como agricultura, minería, siderúrgica, automotriz y energética,
entre otros.
Según dijeron fuentes oficiales, el objetivo de la reunión es
intercambiar opiniones sobre la forma de hacer frente a la crisis
global, que en Brasil ha provocado un fuerte frenazo de la actividad
en diversas áreas de la economía.
Aunque el Gobierno ha tratado de inyectar optimismo, en Brasil se
han dado a conocer una serie de preocupantes índices negativos que,
para algunos expertos, hasta pueden ser el preludio de una recesión.
Según datos de sectores gremiales, la actividad de la industria
registró en octubre pasado resultados negativos en facturación, en
horas trabajadas y en el uso de la capacidad instalada.
Asimismo, se han anunciado despidos y vacaciones colectivas en
los sectores minero, siderúrgico y automotriz, que tienen una fuerte
carga en la generación de empleo y en las exportaciones, que también
han registrado una importante reducción.
También a consecuencia de la crisis global, el real ha sufrido
una constante depreciación frente al dólar, que obligó al Banco
Central a hacer uso de las reservas internacionales del país para
tratar de evitar la caída en picada de la moneda nacional.
Pese a todas las señales negativas, Lula ha dicho una y otra vez
que Brasil "es el país mejor preparado del mundo" para hacer frente
a la crisis y ha espoleado a la población para mantener el ritmo de
compra y evitar el temido enfriamiento de la economía.
En un acto público realizado la víspera, Lula dijo que "si todo
el mundo (en Brasil) deja de comprar, habrá una crisis", por lo que
pidió a "todos los que tengan algún dinerito y quieran comprar un
ordenador o una cocina, que lo compren".