El Reino Unido toma el 1 de enero de 2009
las riendas del G-20 con la vista puesta en la cumbre que se
celebrará el 2 de abril en Londres, una cita que el primer ministro
británico, Gordon Brown, ha presentado como la de "la reforma a gran
escala de la arquitectura económica internacional".
Los británicos sustituyen a Brasil, bajo cuya presidencia anual
se organizó en 2008 la cumbre de noviembre pasado en Washington en
la que se trató de encontrar una fórmula consensuada frente a la
crisis financiera internacional de los últimos meses.
Londres quiere que lo conseguido en Washington no quede en una
mera declaración de intenciones y la cita de abril es muy importante
para Brown, que ha conseguido recuperar su crédito político interno
al ser percibido como uno de los líderes mundiales más activos en la
búsqueda de soluciones frente a la crisis.
La oficina del primer ministro afirmó hoy, a menos de
24 horas de asumir oficialmente la presidencia del G-20, que el
objetivo de la reunión de Londres será doble.
"Se revisarán los progresos del Plan de Acción para el
reforzamiento de la regulación financiera y se intentará establecer
un proceso claro para la reforma de las instituciones financieras
internacionales para que estén preparadas ante una era de
capitalismo global", dijo el 10 de Downing Street en un comunicado.
Antes de la crisis, Brown figuraba en los sondeos de intención de
voto hasta 20 puntos por detrás del líder conservador, David
Cameron, pero gracias a su gestión de la situación esa diferencia se
ha recortado a menos de 5 puntos, según varias encuestas, lo que ha
suscitado conjeturas sobre un posible adelanto electoral.
El líder laborista ha manifestado recientemente que el consenso
de Washington es sólo el primer paso para dar con soluciones que
permitan superar lo que él califica como "un bache".
"Nos comprometemos a que, con acciones nacionales e
internacionales y con ayuda real en tiempos de dificultad, sacaremos
a la gente por completo de este bache", manifestó Brown en una
declaración ante la Cámara de los Comunes el 17 de noviembre.
"El bache puede ser más pequeño y menos profundo si el Reino
Unido emprende medidas y esas medidas son correspondidas en otros
países", añadió Brown, cuyas ideas para salvar al sistema financiero
británico fueron copiadas por el resto de Europa y por EE.UU.
El pasado día 12, Brown rehusó confirmar si invitará a Zapatero a
la cumbre del 2 de abril, aunque manifestó "que las preocupaciones
de España serán tenidas en cuenta seriamente".
Previamente, el Gobierno español se manifestó prácticamente
convencido de que Zapatero ocupará su silla en la segunda cumbre del
G-20 y fuentes del Palacio de la Moncloa aseguraron que Brown es un
gran apoyo para garantizar la participación.