Serio, energético y vistiendo una camisa azul eléctrico con cuello abierto que cuelga bajo su larga chaqueta de cuero, Yanis Varoufakis viajó por las capitales europeas la semana pasada en busca de alivio de deuda y un nuevo acuerdo para la economía griega. Al viernes, parecía que el ministro de Hacienda había logrado avances mínimos en el frente político. Sin embargo, indiscutiblemente había derrumbado las nociones convencionales de los ministros de Hacienda como contadores aburridos y de vestimenta sobria.
Algunos comentaristas de moda afirmaron cruelmente que parecía un portero de una discoteque, lo que convertiría a Alexis Tsipras, el primer ministro, en el dueño. En realidad, los dos tienen los rasgos de estrellas de cine, Tsipras se parece a Sean Connery en Dr. No y Varoufakis al boxeador envejecido y rapado en Pulp Fiction. Como ese personaje de Bruce Willis, Varoufakis incluso llegó a su primera reunión de gabinete en una Yamaha de 1.300 cc y no le faltan las admiradoras. "Caramba que es sexy el ministro de Hacienda griego", escribió Isabel Moreira, legisladora socialista de Portugal, en Facebook.
La vestimenta casual preferida por Varoufakis, y otros ministros griegos, es más que una elección de estilo. Es una declaración de que Syriza, el partido radical de izquierda que domina la coalición gobernante en Atenas, es un movimiento anti establishment que busca desafiar la ortodoxia económica liderada por Alemania.
Ningún incidente en la ajetreada semana de Varoufakis demuestra mejor esto que una conferencia de prensa que sostuvo en Berlín el jueves con Wolfgang Schäuble. Luego de que el ministro de Hacienda alemán mencionara discretamente que habían "acordado estar en desacuerdo" sobre cómo abordar los problemas de Grecia, Varoufakis replicó: "Ni siquiera acordamos estar en desacuerdo, desde mi punto de vista".
Varoufakis, quien nació en Atenas en 1961 en una familia de clase media y fue a un exclusivo colegio privado, es un economista cuyos entusiasmos se extienden desde la comida tailandesa a la literatura inglesa. Luego de la victoria electoral de Syriza, tomó prestado del poeta galés Dylan Thomas para su blog: "La democracia griega escogió hoy dejar de ir cuidadosamente hacia la noche. La democracia griega resolvió enfurecerse en contra de la muerte de la luz".
El padre del ministro cumplió una condena en Makronisos, una isla usada como un campamento de prisión del Estado para la reeducación política de los griegos que habían peleado en el lado comunista en la guerra civil entre 1946 y 1949. A pesar de su pasado radical, el padre se convirtió en el jefe del mayor productor de acero del país. Su madre era una ardiente feminista del Sindicato de Mujeres de Grecia, fundado por los miembros de Pasok, el partido socialista, para promover la igualdad de género.
El joven Varoufakis se inspiró a estudiar economía después de que conoció a Andreas Papandreou, el economista que fundó Pasok y que se convirtió en el primer premier socialista griego. Varoufakis estudió en el Reino Unido en la Universidad de Essex, un semillero de pensamiento radical en los '80. Él mismo impartió clases en Essex y Cambridge antes de emigrar a Australia en 1988.
Un profesor popular en la Universidad de Sídney, tenía su propio espacio en un programa de televisión en el que promovía sus opiniones críticas sobre cómo el gobierno conservador de John Howard, el entonces primer ministro, estaba manejando la economía. También adquirió la ciudadanía australiana.
Varoufakis fue invitado de vuelta a Grecia en 2000 para enseñar teoría económica en la Universidad de Atenas por Yannis Stournaras, profesor que ahora es el gobernador del banco central. "Yanis fue una nueva incorporación emocionante... Hizo una contribución importante, entre otras cosas, para nuestra pericia en la teoría del juego", asegura Stournaras.
Esta experiencia fue útil en EEUU, donde en 2012 Varoufakis fue designado economista en residencia de Valve, una compañía de juego en línea. Él surgió como un comentarista líder sobre la crisis financiera de Grecia tras lanzar un blog, "Pensamientos para el mundo post-2008". Rara vez tira sus golpes. Después de una entrevista post-elección, escribió: "Como un fan de la BBC, debo decir que me horrorizó la profundidad de la imprecisión en el reporteo que respaldó esta entrevista (sin mencionar la considerable grosería del presentador). Aun así... fue divertido!".
Está casado con Danae Stratou, una artista de instalación y su segunda esposa, con quien a menudo es visto en bares de moda en el lujoso distrito de Kolonaki de Atenas.
Varoufakis se ha descrito a sí mismo de diversas maneras como un "economista decente de segundo orden" y un "marxista libertario". Se sienta con los legisladores de Syriza en el Parlamento, pero no es un miembro del partido. Mientras disfrute de la confianza de Tsipras esto podría no importar mucho, pero si alguna vez enoja a la facción ultraizquierdista de Syriza, su falta de membresía podría volverse en una debilidad y podría sacarlo del gobierno.
Sin embargo, por el momento Varoufakis está, como él lo plantea, "peleando la buena pelea", tratando de persuadir a los ministros de hacienda que usan corbata de que les conviene suavizar la carga de deuda de Grecia, de ser necesario con "ingeniería inteligente de deuda" en vez de una cancelación directa de parte de su deuda foránea de 315 mil millones de euros.
Él cree que la historia está de su lado. Al hablar con Financial Times en Londres, puso su sonrisa más encantadora y citó una lección de la Antigua Grecia: "algunas veces, las democracias más grandes y poderosas se debilitan a sí mismas al aplastar a las más pequeñas".