Después de pasar meses intentando ignorar a Donald Trump, México se ha lanzado al ataque antes del "supermartes", con dos ex presidentes comparando al candidato republicano popular con Hitler y la secretaria de relaciones exteriores describiéndolo como racista e ignorante.
Este fin de semana Felipe Calderón, presidente de 2000-2012, atacó lo que él denominó la "exaltación de la supremacía blanca" de Trump. Sus comentarios siguieron a los de Vicente Fox, su predecesor, quién dijo en una entrevista televisada que Trump "me recuerda a Hitler".
"Yo creo que esta lógica de exaltar la supremacía blanca no es ni siquiera actuar en contra de la inmigración. Donald es descendiente de inmigrantes", dijo Calderón en declaraciones realizadas después de una reunión de su Partido de Acción Nacional en la Ciudad de México. "Se está refiriendo a inmigrantes que tiene que tienen un color distinto a él. Es francamente racista y explota las fibras sensibles, tal como lo hizo Hitler en su época".
La semana pasada Fox atacó los planes de Trump para construir una barricada de casi 2,000 millas en la frontera entre México y EEUU, declarando, "No voy a pagar por ese "p***" muro".
Trump respondió durante el debate republicano de la semana pasada, diciendo que Fox debería de disculparse por decir groserías. Fox no sólo se negó a hacerlo sino que tomó parte en una serie de entrevistas en las cuales redobló sus críticas. Le dijo a CNN el sábado que, "Él me recuerda a Hitler ... él va a utilizar el poder presidencial para hacer lo que quiere".
No hubo respuesta inmediata de Trump, quien ganó la primaria en Carolina del Sur y espera cimentar su posición como líder republicano en las elecciones primarias de "supermartes" esta semana, en las que votarán once estados, incluyendo el poderoso estado de Texas, un baluarte clave de votantes latinos y el estado nativo de su rival Ted Cruz.
La semana pasada Trump descartó el patrocinio de David Duke, el ex líder del Ku Klux Klan, después de que el defensor de la supremacía blanca dijera que votar en contra de Trump era una "traición a tu herencia".
El viernes Trump dijo que no sabía que Duke lo estaba apoyando. Cuando los reporteros lo presionaron, él dijo, "Yo reniego" antes de cambiar el tema. Pero cuando habló con CNN el domingo, esquivó varias oportunidades para renegar los comentarios de Duke, y se rehusó a condenar al KKK.
"Yo no sé nada sobre David Duke. No sé nada sobre los que abogan por la supremacía blanca", dijo Trump. Cuando le preguntaron si condenaría a la organización de supremacía blanca, Trump dijo, "Ustedes no quieren que yo condene un grupo sobre el cual no sé nada".
El multimillonario impetuoso también tiene la costumbre de reenviar en Twitter comentarios favorables hechos por individuos a favor de la supremacía blanca.
Calderón dijo que Trump era menos peligroso para México que para EEUU mismo.
"Trump representa un peligro más que para México, para el propio EEUU, porque está generando un odio "antiamericano" en todo el mundo, lo cual podría traducirse en un futuro complicado para los estadounidenses. Trump los está convirtiendo en un vecino que todos van a terminar repudiando y odiando", él dijo.
La mayoría de funcionarios mexicanos han ignorado la retórica incendiaria de Trump, la cual incluye la descripción de muchos mexicanos que cruzan la frontera como "violadores" y la promesa de deportar a 11 millones de inmigrantes indocumentados. Enrique Peña Nieto, el actual presidente de México, no se ha lanzado a la pelea, pero sí ha pedido que se construyan puentes no paredes entre los firmantes del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
El Papa Francisco también criticó a Trump sobre su plan para construir la pared. "Una persona que sólo piensa en la construcción de muros, dondequiera que se encuentren, y no en la construcción de puentes, no es cristiano", declaró el pontífice a reporteros este mes en su vuelo de México a Roma. "Eso no está en el Evangelio".
Claudia Ruiz Massieu, Secretaria de Relaciones Exteriores, afirmó sin rodeos al Washington Post que "cuando dices cosas ignorantes, eres ignorante" y describió el plan del muro en la frontera de Trump como imposible e impráctico, ineficiente, errado y francamente ... no es algo inteligente".
El gobierno mexicano ha debatido la mejor manera de lidiar con Trump. La administración piensa que decir demasiado le dará demasiado oxígeno al magnate estadounidense, pero que decir muy poco expondrá al gobierno a críticas de timidez de la oposición.
La guerra de palabras con México surge conforme Trump busca evitar preguntas sobre sus impuestos y su uso de inmigrantes indocumentados de Polonia para ayudar a construir la Torre Trump en Nueva York. Su rival Marco Rubio lo denomina como un "estafador". A pesar de la lucha con México, hasta ahora Trump ha tenido resultados positivos de votantes hispanos en las elecciones primarias. Pero no todos los latinos lo quieren.
"Las piñatas de Trump son tan populares en Tijuana en este momento que tienes que hacer un pedido especial para comprarlas", dijo David Shirk de la Universidad de San Diego, refiriéndose a las figuras de papel maché que los mexicanos tradicionalmente rompen a palos en las fiestas.