por sally davies
Los taxistas de los ya famosos taxis negros de la capital de Inglaterra están a la espera del fallo de la justicia sobre una demanda impuesta contra el servicio de transporte Uber por infringir la ley al usar una aplicación como taxímetro para determinar el costo de viaje de los usuarios.
Uber es una de las muchas alternativas de servicios de taxis que están luchando contra reguladores a medida que persigue un plan de expansión agresivo.
El servicio opera en más de 100 ciudades en 37 países y espera estar presente en cuatro de cada cinco ciudades inglesas en los próximos doce meses, comentó Jo Bertram, director gerente de Uber en el país.
Ya fue inhabilitado por un tribunal en Bruselas y enfrenta una fuerte oposición de parte de taxistas en Italia, Francia y Alemania.
Los conductores que forman parte de Uber en Inglaterra reciben un iPhone de parte de la compañía con el software instalado. Los pasajeros pueden solicitar una cotización de forma avanzada, pero la tarifa está calculada en base a la distancia y el tiempo que toma completar el viaje. Bajo leyes existentes, Uber y otras compañías privadas de “radiotaxis” no tienen permitido usar taxímetros, los que están restringidos para el uso de los taxis negros.
Descontento del gremio
Uber niega que su aplicación sea un taxímetro, pero los conductores de los taxis negros discrepan. Han amenazado con organizar una huelga para el 11 de junio por el problema.
“Caminan como patos, graznan como patos – ¡si son patos!”, señaló el secretario general de la Asociación de Taxistas Autorizados, Steve McNamara que representa a los taxis negros. “Esto es lo único en lo que hemos estado de acuerdo los radiotaxis y nosotros en los últimos 40 años”.
Transport for London (TfL), que regula el sector, expresó que ya habían iniciado consultas con representantes de comercio para discutir cómo actualizar las regulaciones para que se acomoden a las nuevas tecnologías.
“Nuestra posición es que vivimos en una ciudad moderna en un mundo moderno y en constante cambio, y cuando algo nuevo sucede no le cerraremos la puerta y diremos que esto es algún tipo de brujería”, comentó un portavoz de TfL.