La Reserva Federal finalmente ha logrado concretar el despegue. Su subida de la tasas de 25 puntos básicos llegó en el último momento, en consonancia con su compromiso de comenzar a endurecer la política en 2015. Hace tres meses dejó pasar la oportunidad, debido a las preocupaciones de que “los últimos acontecimientos económicos y financieros globales podrían restringir la actividad económica”.
Sin embargo, desde septiembre, el mundo no se ha vuelto un lugar más pacífico. Los precios de las materias primas han disminuido; el mineral de hierro ha caído por debajo de los US$ 40 por tonelada métrica, un mínimo histórico desde que se introdujo el mercado de precios spot, y el petróleo Brent se comercializa en mínimos de siete años. El dólar se ha fortalecido frente al euro, a pesar de la expansiva política monetaria. Y los créditos más riesgosos se han vuelto más caros. Los diferenciales de los bonos de alto rendimiento se han ampliado considerablemente.
Todos estos movimientos del mercado han desafiado la clemencia de Janet Yellen. Si la anterior cautela de la presidenta de la Fed estaba destinada a aliviar las condiciones financieras, sus esfuerzos han fracasado.
La razón para elevar las tasas de interés, a pesar de las condiciones del mercado más ajustadas, se encuentra en la economía real. El empleo en Estados Unidos ha caído constantemente, cerca del pleno empleo, a 5%. La inflación subyacente de precios al consumidor alcanzó el 2% el martes, el objetivo de la Fed. Sin embargo, la retracción en el crédito no debería ser sobre estimada. Los diferenciales para las empresas de alto grado prácticamente no han experimentado cambios desde septiembre, al igual que el rendimiento de los bonos del Tesoro a diez años. La emisión de bonos con grado de inversión en octubre y noviembre superó a los totales de los últimos dos años. Grandes empresas como Pfizer y DuPont estaban todavía lo suficientemente seguras como para perseguir acuerdos transformadores.
Por supuesto, las acciones de la Fed influyen en los mercados, pero sus objetivos son principalmente económicos: máximo empleo junto a 2% de inflación. Han pasado ocho años ya desde que lograra alcanzar ambos. Dejemos que los mercados discutan acerca de los precios de los activos y las primas de riesgo. La Reserva Federal ha hecho su trabajo.