El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dio ayer un importante giro en su política sobre Afganistán. Pese a su promesa de retiro total de las tropas, 5.500 soldados nacionales seguirán en el país asiático para cuando finalice su mandato en enero de 2017. En un discurso desde la Casa Blanca, Obama prometió mantener 9.800 soldados en Afganistán durante gran parte de 2016, antes de recortar el número de tropas al nuevo nivel antes del fin de sus ocho años de presidencia.
La decisión es un gran cambio para un presidente que hizo campaña sobre la base de terminar las operaciones estadounidenses en Afganistán e Irak. El año pasado, anunció que retiraría las tropas del territorio afgano en 2016, afirmando que era hora de "pasar la página" a una década de guerras.
Además de traspasar el conflicto afgano al nuevo presidente, Obama se ha visto forzado a volver a enviar tropas a Irak para enfrentar al grupo extremista Estado Islámico (ISIS, su sigla en inglés) después de haber retirado las fuerzas estadounidenses del país. Es poco probable también que el presidente logre otro de sus principales objetivos en política exterior, cerrar la base de Guantánamo. Según Obama, el cambio de la estrategia se debe a que las fuerzas de seguridad afganas no son aún lo suficientemente fuertes para afrontar a los talibanes. El presidente afirmó que las fuerzas estadounidenses seguirán entrenando a las afganas y darán apoyo en operaciones anti-terroristas. La movida llega también en un momento en que EEUU se preocupa sobre el alcance de ISIS en Afganistán. "Sé que muchos están cansados de este conflicto.
Como bien saben, no apoyo la idea de una guerra sin final", afirmó Obama. "Aún así, teniendo en cuenta lo que está en juego en Afganistán. Estoy convencido de que debemos hacer este esfuerzo extra". Aunque en los últimos meses ha logrado dos importantes victorias en política exterior (el acuerdo nuclear con Irán y una nueva era en las relaciones con Cuba), ha sido perseguido por Afganistán y se enfrenta a la amenaza tenaz de ISIS en Irak y Siria. También se enfrenta a la intervención de Rusia en Siria y a una China cada vez más autoritaria en el mar de China Meridional.
El general John Campbell, el máximo comandante en Afganistán, afirmó recientemente ante el Congreso la necesidad de reconsiderar la retirada de las tropas del país en 2016 dado el fortalecimiento de los talibanes. El mensaje se amplificó después de que los talibanes tomaran temporalmente el norte de la ciudad de Kunduz en un embarazoso revés para el gobierno.