El Fondo Monetario Internacional ha instado a las principales economías del mundo a unir sus fuerzas y tomar medidas enérgicas en un intento por impulsar el crecimiento, poniendo de relieve las preocupaciones de que las turbulencias del mercado mundial está empezando a afectar a la economía real.
La llamada de atención del Fondo viene antes de la reunión de mañana en Shanghái de los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20 de las economías avanzadas y emergentes más importantes del mundo. También coincidió con otro día de turbulencias en los mercados financieros impulsado por una nueva caída en el precio del petróleo después de que Arabia Saudita enfriara las esperanzas de un recorte coordinado de la producción de crudo.
El FMI advirtió ayer que a los participantes del G20 en una nota informativa que el crecimiento global de este año ya estaba peor de lo esperado cuando las condiciones financieras en las economías avanzadas se tensan debido a alborotos del mercado. También se refirió a la tensión creciente en las economías emergentes y la situación cada vez más aguda que enfrentan los productores de petróleo en el mundo en desarrollo.
“Estos desarrollos apuntan a un mayor riesgo de que se descarrile la recuperación, en un momento en que la economía mundial es altamente vulnerable a los shocks adversos”, previno el FMI. “La economía global necesita acciones multilaterales audaces para estimular el crecimiento y contener el riesgo”.
Sin embargo, no parece probable que los ministros de Finanzas del G20 cumplan las expectativas del FMI cuando se reúnan esta semana.
Jack Lew, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, restó importancia a la probabilidad de una respuesta de emergencia por el G20 incluso cuando ha pedido a China hacer más para impulsar el consumo interno y a los países con superávit en Europa, como Alemania, hacer más estímulo fiscal.
“Estos últimos meses han dejado claro que debilidad de la demanda a nivel mundial es un problema que no puede ser resuelto simplemente por alguien que mira a Estados Unidos”, dijo a Bloomberg TV.
En muchos casos, insistió, las economías reales tuvieron mejores resultados que lo que los mercados pensaron. “Este no es un momento de crisis”, dijo. “No hay que esperar una respuesta a la crisis en un entorno no-crisis”.
Se espera que gran parte de la atención en Shanghái esté puesta en el anfitrión, con las autoridades chinas bajo presión para ser más transparentes sobre las reformas monetarias y tranquilizar al mundo con que no tiene previsto devaluar el yuan para impulsar el crecimiento. Pero China ha descatado en los últimos días la idea del G20 de acordar un plan coordinado sobre las monedas y el crecimiento similar al Acuerdo del Plaza de 1985.
El FMI no redujo su pronóstico de crecimiento mundial de 3,4% para este año -que fue revisado a la baja en enero-, pero advirtió que una rebaja era “probable” cuando se publique las próximas previsiones en abril.
“Se necesita una acción fuerte para lograr la plena aplicación de las estrategias de crecimiento del G20 en todos los países ahora”, dijo el FMI.
Hacerlo, “proporcionaría un impulso significativo a la economía mundial en un momento crítico”.