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Esperanza y miedo en la interminable crisis griega

Por: | Publicado: Miércoles 23 de diciembre de 2015 a las 04:00 hrs.
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La crisis económica griega ha arruinado al país y a la eurozona durante seis años. La elección celebrada en enero, que elevó al poder a Alexis Tsipras y su partido de izquierda Syriza, añadió más fricción entre Grecia y el resto de la eurozona. Tsipras prometió acabar con la austeridad, una promesa que no podría lograr por sí mismo.

Después de ganar en junio el referéndum contra los términos que ofrecía la zona euro, accedió en julio a un nuevo programa de rescate a tres años por 86.000 millones de euros bajo unos términos no muy distintos de los que había persuadido a los griegos de rechazar. Los controles de capital impuestos en junio siguen vigentes y la economía ha vuelto a la recesión.

¿Existe una buena posibilidad de que la recuperación económica tenga lugar en 2016? Esto rondaba mi mente cuando visité Atenas la semana pasada. Mi conclusión fue que la posibilidad existe. Pero no es muy alta.

El punto de partida tiene que ser con los diferentes puntos de vista entre los principales actores: el gobierno griego y la amplia comunidad política, el Fondo Monetario Internacional y los acreedores de la eurozona, particularmente Alemania.

Como Tsipras dejó claro la semana pasada, una de sus intenciones es evitar otro programa con el FMI. Encuentra que sus demandas son difíciles de aguantar. Más ampliamente, piensa que “cuanto antes se salga del programa (de rescate), mejor será para el país”. Apunta: “si Grecia completa la primera revisión en enero, estaremos cubriendo más del 70% de las medidas fiscales y financieras del acuerdo”. Tsipras espera que Grecia recupere pronto su soberanía o, con el FMI fuera del cuadro, al menos sólo tendrá que lidiar con los otros europeos.

El gobierno ateniense es también optimista sobre el futuro económico. Tsipras espera que los controles de capital que aún siguen vigentes se levanten en marzo de 2016 y que Grecia recupere el acceso al mercado internacional de capitales para fines de año. Los bancos han sido recapitalizados más barato de lo que se temía y la confianza en el sector bancario está volviendo. El gobierno también espera que el crecimiento económico regrese pronto.

Sin embargo, el gobierno espera un mayor alivio de la deuda. El FMI está de acuerdo. Es también plausible. El banco central prevé que los intereses devengados de la deuda pública salten desde el 2% del Producto Interno Bruto hasta 2021 a más de 8% en 2022 y luego permanezcan por encima del 4% hasta la década de 2040. La sostenibilidad depende en gran medida de las condiciones de la nueva deuda. Si la eurozona hiciera posible que Grecia obtuviera préstamos bajo condiciones de triple-A para siempre, la deuda sería sostenible. De otra manera, probablemente no.

El FMI argumenta que la deuda griega se ha vuelto insostenible sólo porque el gobierno no cumplió sus compromisos. Esto es dudoso. La capacidad de Grecia para cumplir nunca fue creíble. Además, mientras que el FMI apoya un alivio de la deuda griega, es muy escéptico sobre su capacidad de cumplir con reformas estructurales en ausencia de un consenso político sobre que las reformas son deseables. Insiste, en contra del gobierno, en que el país está muy por detrás de donde estaba hace un año en las reformas. Ha retrocedido en áreas importantes.

Un considerable déficit fiscal primario (antes del pago de intereses) es también algo posible el próximo año. Una pesadilla particular del FMI es el insosteniblemente generoso gasto en pensiones. El gobierno dice que recortarlas más es imposible. El FMI responde que las transferencias fiscales al fondo de pensiones del 9% del PIB y mayores cortes al gasto discrecional son insostenibles.

Los acreedores de la eurozona no están de acuerdo con el FMI en la necesidad de un mayor alivio de la deuda. Pero Alemania al menos en gran medida quiere que el Fondo siga siendo un prestamista. La desconfianza alemana en este (o en cualquier otro) gobierno griego es grande y la Comisión Europea quiere que se imponga a Grecia condicionalidad al estilo FMI más o menos indefinidamente. Pero tanto el gobierno heleno como los funcionarios del FMI rechazan esta posibilidad. Los primeros lo detestan porque quieren una mano libre. Los últimos porque temen que las condiciones para el éxito del programa no existan. Siendo así, no pueden, en buena conciencia, recomendar uno a la junta.

Existen muchos obstáculos para un buen progreso: la revisión del programa de la eurozona para principios de año; la expiración del programa del FMI en marzo; la fragilidad de la economía, y más en general, la falta de seguridad y confianza en Grecia y entre ellos y los acreedores. Con la salida actualmente descartada por ambos lados y un fuerte consenso político en que Grecia debe permanecer en la zona euro, las fricciones deberían ser manejables. Pero no es definitivamente un caso de vivir felices para siempre. Es un mal matrimonio en el cual las dos partes acuerdan que el divorcio sería peor (aunque no por mucho) y el terapeuta busca una forma de abandonar a la pareja pendenciera.

Entonces, ¿cómo puede terminar este lío? Una posibilidad es que el paquete de reformas que se promulgó sea bastante y suficiente para que llegue un repunte después de la crisis económica para convencer al gobierno griego de cumplir con las reformas, generando un círculo virtuoso de reformas y crecimiento. Otra es que el programa falle una vez más, porque la economía en sí misma falle. El gobierno, que tiene una pequeña mayoría, caería, para ser reemplazado por un gobierno pro-reformas más exitoso. Otra posibilidad es que un gobierno exitoso no llegue y Grecia deje finalmente el euro.

Esto es en el largo plazo. En el corto, sin embargo, hay decisiones que tomar, incluso por el FMI. En el fondo de este desorden político en España, el descontento en Italia y la crisis migratoria, en la que Grecia está en primera línea. Miré hacia arriba del Partenón. Es viejo, está dañado y en reparación. Aun así, espero que se mantenga durante siglos. Europa, también, es vieja, está dañada y en reparación. Espero que Grecia prospere dentro de una zona euro estable. Sí, sigue siendo mayormente esperanza.

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