El gobierno de China está prometiendo puestos de trabajo para los jóvenes después de que reestructure las empresas estatales para dar empleo a algunos de los 300.000 soldados que han sido licenciados como parte del plan de modernización del Ejército más grande del mundo.
Como parte del impulso de reclutamiento, Beijing evaluará anualmente si las empresas estatales están cumpliendo con la obligación de reservar un cupo de 5% de las vacantes para los que han salido del Ejército de Liberación Popular (ELP), según la agencia estatal Xinhua.
La decisión se produce poco después de que altos oficiales del ELP expresaran su preocupación porque los despidos, anunciados por el presidente Xi Jinping durante el desfile de septiembre pudieran provocar inestabilidad social.
Recortar 300.000 de los 2,3 millones de soldados del ELP es una pieza del paquete de reformas diseñado para transformarlo de una movilización de masas, sobre todo en el Ejército de tierra, a un Ejército más profesional con comandos independientes para las fuerzas navales, aéreas y estratégicas de cohetes.
Pero los analistas dicen que obligar a las empresas estatales a asumir los riesgos socava el impulso del presidente Xi para que sean más eficientes y pone de relieve las dificultades que enfrentan al tratar de forzar reformas en todos los planos, desde la economía al Ejército.
“Las empresas estatales tienen el propósito de orientarse hacia el beneficio, por lo que han tratado de no contratar a los que no tengan formación profesional”, afirmó Arthur Ding, experto militar de China en la Universidad Nacional Chengchi de Taiwán.
“Si se trata de una misión de Xi, sin duda, seguirán órdenes. Pero no cabe duda de que dañará la rentabilidad y la gestión de las empresas”.
Con más inversión gubernamental, el Ejército chino ha mejorado su equipamiento, con la adquisición de los sistemas de armas más recientes incluyendo submarinos, aviones de combate y el primer portaaviones de la nación.
Pero mientras que la llegada del nuevo equipo ha sido bien acogida, hay inquietud en las filas sobre mayores recortes de los propuestos que podrían afectar a todos, desde soldados rasos a generales.
El número de vacantes para generales y oficiales de alto rango podría reducirse y las perspectivas para los soldados restantes se verán probablemente afectadas en la medida que los departamentos se fusionan o son degradados.
Ding apunta que la resistencia era inevitable dada la escala de los cambios propuestos. Hay particular preocupación entre los comisarios chinos que temen que el sistema de doble mando, donde ellos asumen en conjunto unidades con el comandante, pueda ser desechado en favor de una estructura más convencional con una persona a cargo.