El banco central de China diseñó una revolución silenciosa en la política monetaria el año pasado -mostraron datos recientemente divulgados- ya que las autoridades inventaron herramientas para expandir la oferta monetaria en respuesta a una brusca caída en los flujos de ingreso de capital.
En la mayor parte de la década pasada, el desafío del Banco Popular de China fue esterilizar grandes influjos de moneda extranjera para prevenir un crecimiento monetario desenfrenado. Su tarea ahora es lo contrario: encontrar formas de inyectar fondos para disminuir la brecha, a medida que los influjos se convierten en flujos de salida moderados.
El último informe de política monetaria del banco muestra que la creación de base monetaria a través de la compra de moneda extranjera por parte de la institución cayó a 640 mil millones de yuanes (US$ 123.523 millones) el año pasado, un descenso de 2,1 billones desde 2013.
En contraste, las herramientas de política monetaria –incluyendo operaciones de mercado abierto y otras formas de préstamo a bancos comerciales– inyectaron 2 billones de yuanes en base monetaria el año pasado, frente a unos 100 mil millones de yuanes drenados en 2013.
"Un cambio emergió en el canal de suministro de la base monetaria" explicó el banco.
En una señal de la salida de capitales que enfrentan las autoridades, los activos extranjeros del banco cayeron en 155 mil millones de yuanes en los últimos seis meses, frente a un aumento de 1,4 billones de yuanes en el mismo período de 2013, ya que los inversionistas cambiaron yuanes por moneda extranjera. Además de las salidas impulsadas por el mercado, la caída en los activos extranjeros también refleja la intervención del banco en los mercados de divisas que apuntan a limitar la caída del yuan. Tal intervención también contrasta con la oferta monetaria local, ya que el banco central saca yuanes del sistema bancario e inyecta dólares.
La consecuencia del cambio desde un influjo a una salida es que la inyección de liquidez, que alguna vez fue una señal de alivio, ahora parece un esfuerzo por mantener el status quo. El movimiento del banco la semana pasada de reducir el ratio de requerimiento de reserva para los bancos comerciales es un ejemplo. Antes, eso era una señal de sesgo expansivo.