A pesar de ser un importante productor de petróleo, México siempre se ha visto restringido por los altos precios de la energía, los cuales son poco competitivos.
Pero la salvación puede estar cerca, en forma de energía importada, la cual le daría un gran impulso al sector manufacturero del país latinoamericano.
Las tarifas eléctricas del pasado año para los clientes industriales fueron 47% más altas en México que en EEUU. Este año la prima se ha reducido a sólo 29%, y se espera que la brecha se cierre aún más en los próximos años, con potenciales consecuencias de gran repercusión.
"Tenemos costos laborales muy bajos, muy bajos costos de transportación hacia EEUU, y una frontera que, si de mercancías se trata, no existe, ya que estamos en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte", dice Pedro Balcão-Reis, director de investigación para México en Santander.
"El talón de Aquiles en términos de competitividad de la industria eran los costos de la energía y la reforma energética ya está abordando eso".
La medida más famosa de las reformas energéticas de México, impulsadas por el presidente Enrique Peña Nieto en 2013, fue la eliminación de un monopolio estatal de 76 años en la producción de energía.
Pero, al reducir la burocracia y abrirle la puerta a una mayor inversión del sector privado, las reformas también turbocargaron la construcción de gasoductos que traen gas natural barato — fruto del auge del esquisto estadounidense — desde Texas.
Según Carlos Capistrán, economista jefe para México en Bank of America Merrill Lynch, en la actualidad hay catorce proyectos de gasoductos, con un costo de US$ 7.400 millones y una longitud total de 2.360 millas, previstos o en ejecución.
Estos gasoductos ya están teniendo un efecto, pues las exportaciones estadounidenses de gas natural hacia México han aumentado drásticamente hasta 3 mil millones de pies cúbicos al día, una cifra que. Capistrán pronostica aumentará en otros 0,6 millones de pies cúbicos en 2016 conforme se ponga en marcha la segunda fase del proyecto del gasoducto Ramones, el mayor proyecto de infraestructura de energía en México en 40 años.
La CFE, la compañía pública de electricidad de México, ha ido sustituyendo gradualmente el gasóleo más caro por este gas natural, reduciendo así las tarifas de electricidad en 15% en el año hasta septiembre, según Capistrán.
Los grandes fabricantes se han beneficiado aún más, pues las tarifas de las empresas medianas han disminuido 22% este año y las de las grandes empresas 26%.
Esta fuerte disminución de los precios de la energía probablemente tendrá varias repercusiones. "Los precios más bajos de la electricidad y del gas natural confirman nuestra opinión de que el sector manufacturero seguirá siendo el motor del crecimiento, que la inflación se mantendrá bajo control y que el banco central tiene espacio para aumentar las tasas de interés menos que la Reserva Federal de EEUU en 2016", dice Capistrán.
En términos de manufactura, se refiere a un informe reciente del FMI que encontró que una disminución de desviación estándar de 1 en los precios de la electricidad generalmente provocaba un aumento del 2,8% de la producción industrial.
La disminución de las tarifas para las compañías medianas en 2015 es un evento de desviación estándar de 1,2, lo cual potencialmente marca el comienzo de un aumento de 3,2% de la producción manufacturera y un aumento de 0,5% del Producto Interno Bruto, dice.
Balcão-Reis cree que los precios mexicanos de la energía están a punto de bajar aún más hacia los niveles estadounidenses, especialmente porque algunos fabricantes pronto tendrán acceso al gas natural de sus propios gasoductos, lo que les permitiría producir su propia electricidad. Considera a la industria automovilística un beneficiario obvio, y Ford y Toyota se encuentran entre los que han anunciado proyectos por más de US$1.000 millones en México este año. "Hace cinco años producíamos 2 millones de automóviles, el año pasado la cifra fue superior a los 3 millones. Creemos que será superior a los 5 millones de automóviles en cinco años, según los proyectos anunciados hasta ahora", dice.
Es probable que entre otros beneficiarios se incluyan la industria aeroespacial y los fabricantes de televisores de pantalla plana, de los cuales México es ya el segundo mayor exportador del mundo.
La disminución de los precios de la electricidad, junto con una disminución de 18% de los precios de telecomunicaciones como parte de una reforma separada ha comenzado a tener un impacto, ayudando a reducir la inflación de los precios al consumidor hasta sólo 2,2%, su nivel más bajo en al menos 40 años.
Dado que el banco central tiene como objetivo una tasa de inflación de 3%, esto potencialmente le da suficiente alcance como para no moverse a la par de la Reserva Federal, aunque sí optó por aumentar su tasa referencial en 25 puntos básicos hasta 3,25% a raíz del aumento de la tasa estadounidense de la semana pasada, con el propósito de proteger al peso, el cual ha caído 13,7% frente al dólar este año.
En general, Balcão-Reis se muestra optimista en cuanto a las perspectivas a mediano plazo del país, pues el crecimiento económico probablemente alcanzará 2,4% este año y 2,8% en 2016 (según los pronósticos publicados por Consensus Economics) en un momento de turbulencia en otras partes de América Latina y en los mercados emergentes en general.
"Si tenemos en cuenta que éste es el año de la caída del precio del petróleo y que empezamos el año con disminuciones de la producción de petróleo... es una noticia muy positiva", dice. "Es muy diferente a la situación de algunos otros países latinoamericanos, como Brasil".