El gobierno de Angela Merkel ha respaldado los planes para frenar el número de solicitantes de asilo que llegan a Alemania desde Túnez, Marruecos y Argelia en respuesta a los temores de la población sobre la migración en masa y el posible rol de los hombres de estos países en los asaltos en la víspera de Año Nuevo en Colonia.
Berlín plantea añadir los tres países a la creciente lista de los llamados países seguros cuyos ciudadanos normalmente no califican para obtener asilo a menos que muestren pruebas de persecución individual y permitan un rápido retorno de los migrantes.
Merkel ha estado bajo presión para reaccionar a la enorme afluencia de refugiados y a la creciente crítica pública por sus políticas de asilo liberales. Con la mente puesta en las elecciones regionales del próximo mes, el debate se ha inflamado con retórica cada vez más radical, como la de Frauke Petry, colíder del partido de derecha Alternative für Deutschland, que esta semana sugirió que la policía fronteriza podría, en casos extremos, disparar a los migrantes.
El gabinete de Merkel aprobó cambios en las normas para los ciudadanos del norte de África, además de un paquete más amplio de restricciones para los derechos de reagrupación familiar.”Queremos procedimientos justos para todos. Pero queremos que aquellos que no necesitan protección salgan de nuestro país rápido”, dijo el ministro de Interior, Thomas Maizière.
El flujo de migrantes desde África ha aumentado notoriamente por causas desconocidas. Desde Algeria llegaron 2.300 personas en diciembre, frente a las 850 de junio. Desde Marruecos el número se elevó de 370 a 2.900 en el mismo período.