El fiscal general del estado de Nueva
York, Andrew Cuomo, instó hoy a las grandes firmas financieras de
Wall Street a no dar este año bonos a sus ejecutivos, después de
que muchas de ellas hayan tenido que ser rescatadas por el Gobierno
de EE.UU. con dinero de los contribuyentes.
Cuomo envió hoy una carta al presidente y consejero delegado de
la aseguradora American International Group (AIG), Edward Liddy, en
la que le pide información sobre las intenciones de la compañía
respecto a las primas de este año a sus ejecutivos.
"AIG ha recibido más de US$150.000 millones de rescate
financiero (del Gobierno de Estados Unidos) y por lo tanto tiene que
ser totalmente transparente con los contribuyentes sobre los planes
de la compañía sobre las compensaciones" a sus ejecutivos, señaló
Cuomo en su misiva.
El fiscal general de Nueva York recordó a Liddy que Goldman
Sachs, "que ha recibido muchos menos fondos federales que AIG", ya
anunció que sus principales ejecutivos renunciarán este año a las
primas que les correspondían.
También recordó al consejero ejecutivo de la aseguradora que
bancos como "UBS y Barclays, ninguno de los cuales ha sido rescatado
por los contribuyentes como AIG, han seguido un paso similar".
Cuomo aplaudió en sendos comunicados de prensa la decisión de
Goldman Sachs y del banco helvético UBS e instó "al resto de Wall
Street a mirarse en el espejo y seguir sus pasos".
Citigroup, por su parte, anunció el lunes que despedirá a 52.000
empleados, el 15% de su plantilla, pero aplazó la decisión
de qué hacer con los bonos a los ejecutivos hasta principios de año,
lo que Cuomo calificó de "error".
Los siete principales ejecutivos de Goldman Sachs decidieron el
domingo renunciar a las primas que le correspondían este año, por lo
que los directivos hasta ahora mejor pagados de Wall Street se
limitarán a cobrar su salario base, fijado en US$600.000.
El banco, que se ahorrará así decenas de millones de dólares, ha
dado ejemplo a otras entidades del sector para que tomen medidas
encaminadas a contener los sueldos de sus directivos coincidiendo
con la crisis financiera.
Las elevadas cuantías de los sueldos de los máximos directivos de
Wall Street han desatado fuertes críticas entre la opinión pública
estadounidense, especialmente desde que la sociedad se está viendo
afectada por una crisis que nació en el mercado financiero.