El presidente de Paraguay, Horacio Cartes, está afrontando una creciente oposición, tanto dentro de su propio Partido Colorado (PC) como desde la oposición, que ahora ha formado una alianza para disputar el control del Senado al partido gobernante.
En las mismas elecciones de abril de 2013 que llevaron a Cartes a la presidencia, el PC obtuvo mayoría absoluta en la cámara baja del Congreso (43 asientos de un total de 80) y estuvo cerca de conseguir también la mayoría en la cámara alta (19 escaños de un total de 45). Con el principal grupo de la oposición, el Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) en una situación debilitada, Cartes fue capaz de conseguir respaldo en el Congreso para importantes proyectos de ley durante su corto período de luna de miel, incluyendo una reforma tributaria y una legislación marco para proyectos de asociación público-privado.
Sin embargo, la unidad del PC ha comenzado a resquebrajarse, con la aparición de facciones disidentes en ambas cámaras. El catalizador del quiebre parece haber sido la hostilidad a la preferencia de Cartes por el senador colorado, Juan Carlos Galaverna, como jefe del senado el próximo año. Y en términos más amplios, existen crecientes críticas de que los muy anunciados “resultados” prometidos por Cartes, especialmente en términos de creación de empleos, todavía no se concretan. Los senadores colorados están ahora divididos en dos facciones: la “A”, que apoya a Cartes, tiene sólo siete miembros, mientras que la disidente “B” doce.
Para empeorar aún más las cosas para el presidente, los once miembros de los divergentes grupos de izquierda en el Senado están mostrando una muy inusual unidad de propósitos. Ahora denominado “Bloque 11”, han acordado un programa común, que incluye oponerse a la ley de alianzas público-privadas, y planean presentar un candidato en las próximas elecciones senatoriales. El grupo también quiere negociar una posición común con el PLRA y las facciones disidentes del PC para presentar a un candidato común a la presidencia del Senado. Con el apoyo del PLRA, Bloque 11 obtendría una mayoría de 24 en la cámara alta. Sumar a unos pocos disidentes colorados de la facción B, aseguraría el control de la oposición a la legislatura que comienza el 1 de julio.