La democracia del mundo está en recesión

Nuestro más reciente Índice de Democracia mostró una gran recesión en 2017. El estudio, que evalúa a 165 países independientes y dos territorios, registró su peor resultado desde la post crisis económica y financiera global de 2010.

El puntaje global promedio cayó de 5,52 a 5,48 en una escala de 0 a 10. 89 países bajaron su puntaje en comparación con 2016, cifra más de tres veces mayor al número de naciones que mejoró (27). El declive marcado en las libertades de prensa y los obstáculos a la libertad de opinión fueron factores decisivos.

Casi la mitad de la población mundial (49,3%) vive en algún tipo de democracia, aunque sólo 4,5% reside en una “democracia completa”, menos que el 8,9% de 2015. Ello, debido a que EEUU cayó de esa categoría a la de “democracia defectuosa” en 2016. En tanto, cerca de un tercio de la población mundial vive bajo un gobierno autoritario, gran parte de ellos en China.

Mientras Noruega se mantuvo en la cima del índice, España anotó una de las mayores caídas, al perder 0,22 puntos. Los intentos del gobierno nacional por detener a la fuerza un referendo separatista ilegal en Cataluña y su tratamiento represivo de los políticos secesionistas lo han dejado con riesgo de transformarse en una “democracia defectuosa”.

América Latina

Aunque aún es la región más democrática del mundo en desarrollo, el puntaje promedio de América Latina cayó de 6,33 en 2016 a 6,26 en 2017. La mayor parte de los países tuvo variaciones menores, pero dos cambiaron de categoría: Ecuador mejoró de un régimen híbrido a una democracia defectuosa, dados los esfuerzos del presidente Lenín Moreno por combatir los excesos de su predecesor, Rafael Correa, especialmente en cuanto a libertad de prensa y combate de la corrupción. En contraste, Venezuela pasó de un régimen híbrido a uno autoritario, sumándose a Cuba en esa categoría. El país sigue cayendo hacia la dictadura, a medida que el gobierno resta atribuciones a la Asamblea Nacional dominada por la oposición, encarcela o desacredita a los líderes opositores y reprime violentamente las protestas.

Con todo, el desempeño regional supera con creces el promedio global en indicadores como “procesos electorales y pluralismo”, no así en “funcionamiento del gobierno” o “participación política”. Cae bajo el promedio mundial en “cultura política”, lo que refleja la baja confianza popular en la democracia.

Libertad amenazada

La libertad de expresión enfrenta una amenaza triple. En muchos países, democráticos y autoritarios, el Estado juega un rol prominente en restringir la libertad de los medios y la expresión, emitiendo leyes contra la difamación, prevención del terrorismo, las blasfemias y los discursos de odio.

En tanto, actores no estatales, incluyendo militantes islamistas, pandillas criminales y otros, representan una amenaza creciente a la libertad de expresión. Pero ésta también está bajo amenaza por parte de quienes reclaman el derecho a no ser ofendidos. Esto está generando llamados crecientes a leyes que protejan los “espacios seguros” y controlen el “discurso de odio”, o prohíban la prensa sensacionalista, así como el control de internet para que se eliminen los contenidos “ofensivos”.