Un nuevo acuerdo global comprometió a los países a compartir automáticamente datos sobre sus respectivos contribuyentes. Docenas de países firmaron el pacto el 6 de mayo, que promete terminar con los paraísos fiscales y otros centros financieros secretos en los próximos años.
La disposición de Suiza y Singapur para firmar el acuerdo fue crucial para llegar a un arreglo, anunciado en una reunión de la OCDE en París. Los 47 participantes iniciales incluyen a todos los 34 países miembros de la OCDE, además de otros trece países, entre los que hay importantes mercados emergentes como Argentina, Brasil, China, Colombia, India, Indonesia, Arabia Saudita, Singapur y Sudáfrica.
Más países podrían sumarse pronto. Una declaración de la OCDE destacó que “más de 60 países y jurisdicciones se han comprometido a adoptar tempranamente este estándar”. Estos incluirían jurisdicciones británicas como Jersey y Guernsey, que también son importantes centros financieros.
Singapur y Suiza
Singapur parece haber llegado a un acuerdo sobre los términos del arreglo en los últimos días. Estados Unidos y Singapur sellaron su propio acuerdo bilateral el 5 de mayo. El pacto está programado para entrar en vigor en julio. Los detalles exactos sobre el compromiso no fueron proporcionados, pero llega poco después del denominado acuerdo intergubernamental “Modelo 1” para mejorar el cumplimiento y la implementación de la Foreign Account Tax Compliance Act (FATCA). Esta reciente ley estadounidense obliga a las empresas financieras extranjeras a reportar información sobre las cuentas de los estadounidenses residentes bajo amenaza de sanciones.
EEUU ha llegado a acuerdos con muchos países sobre estos pactos este año, que se suman a las muchas resoluciones firmadas en años recientes. Estos pactos han puesto presión sobre los países para extender el intercambio de su información a otros socios comerciales. Por ejemplo, India ha imitado a EEUU, presionando a Suiza sobre los depósitos de sus ciudadanos. La OCDE se ha movido en paralelo y antes de una reunión de ministros de Hacienda del G20 en septiembre incorporará tanto los estándares contenidos en su Declaración de Intercambio Automático de Información en Materias Tributarias, como las soluciones técnicas para compartir la información.
La participación de Singapur y Suiza fue crucial para lograr un acuerdo global. Ambos países habían sido reacios a desmantelar las prácticas de secreto bancario tradicionales, que veían como un factor clave en el éxito de sus centros financieros. Los dos países figuran en el top 15 de los centros de dinero, junto con otras economías mucho más grandes como EEUU, Reino Unido y Japón. Otros pequeños centros financieros también van a participar: Hong Kong bajo la tutela de China, e Irlanda y Luxemburgo, como miembros de la OCDE. Las presiones de la OCDE y del G20, combinadas con la de la ley FATCA, demostraron ser imposible de soslayar.
Principales innovaciones
La principal reforma incluida en el pacto obliga a todas las naciones a compartir información sobre sus respectivos residentes todos los años. Los datos proporcionados incluirán los balances de los bancos, posiciones en valores financieros, dividendos, intereses y ganancias de capital. Esta información será compartida entre las autoridades tributarias nacionales, pero seguirán siendo confidenciales. El intercambio automático va a reemplazar el complicado sistema actual en el que las autoridades tributarias deben solicitar los datos de un contribuyente en particular. Con frecuencia este sistema no entrega claves sobre los individuos y compañías que evaden impuestos.
El acuerdo también obligará a las instituciones financieras a informar los beneficiarios finales de las sociedades de papel y los fideicomisos financieros. Estas entidades legales son frecuentemente usadas para ocultar la identidad de los dueños de los activos, permitiéndoles evadir impuestos. Estas estructuras empresariales son ampliamente usadas en el lavado de dinero, casos de corrupción y otros tipos de actividades financieras criminales.
La OCDE y el G20 han liderado una campaña contra la evasión de impuestos y los paraísos tributarios desde que se desencadenó la crisis financiera. La aprobación de la ley FATCA en 2010 dio ímpetu a esta campaña al forzar a otros países a aceptar los términos de EEUU o correr el riesgo de que sus empresas financieras pierdan acceso a ese mercado. El uso de acuerdos modelo significa que los pactos bilaterales se pueden convertir en estándares internacionales compartidos con relativa facilidad.
Un largo cronograma
Muchos países tendrán que aprobar nuevas leyes y regulaciones para cumplir los términos del acuerdo. Como resultado, el cronograma para su implementación es extenso. Los denominados “primeros implementadores “ apuntan a que el sistema de intercambio de información esté funcionando para 2017, con datos de los contribuyentes de 2015. No existe un estándar sobre información histórica, lo que impedirá algunas búsquedas de posibles evasiones pasadas.
El acuerdo también incluye un enfoque más bien tibio en materia de cumplimiento. Esto podría ser una gran debilidad, particularmente en el corto plazo. Aunque los detalles todavía no han sido completamente definidos, es probable que los esfuerzos nacionales de escrutinio sean fiscalizados por sus pares y reportes oficiales públicos. Esto sería similar a la actual evaluación aplicada para el cumplimiento de los estándares internacionales sobre lavado de dinero y financiamiento al terrorismo.
Un país cuya ausencia del acuerdo no pasó desapercibida es Rusia. Es un miembro del G20, y el llamado para el intercambio automático de información tributaria obtuvo unánime respaldo de los líderes de ese grupo en la cumbre de San Petersburgo, en septiembre de 2013. Rusia también se beneficiaría ampliamente de la cooperación tributaria, ya que se estima que sus ciudadanos mantienen decenas de miles de millones de dólares en fondos no registrados fuera del país. Su marginación no fue explicada por la OCDE, pero sin duda que el conflicto en el este de Ucrania está relacionado.