La Casa Blanca estaría evaluando realizar un proceso de quiebra
controlada para las grandes empresas automotrices de Estados Unidos como
una manera de salvar el sector, sumido en una grave crisis debido a
la drástica caída de las ventas.
En su rueda de prensa diaria, la portavoz de la Casa Blanca, Dana
Perino, afirmó que van "a hacer algo", pues el gobierno quiere
evitar un "colapso caótico" de los fabricantes automotores.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, se expresó en términos
similares hoy cuando durante una intervención en el Instituto
Estadounidense de la Empresa dijo que estaba preocupado por un
"colapso incontrolado" de las empresas fabricantes de autos.
Bush afirmó que el estadounidense medio "realmente saldría
dañado" por la caída de estas compañías y añadió que en este asunto
tiene "una obligación" con su sucesor.
"No creo que sea una buena política arrojarle una crisis" en su
primer día de trabajo, argumentó.
Por su parte, Perino declaró que la Casa Blanca está "muy cerca"
de llegar a una decisión sobre la concesión de ayuda económica a para las automotoras, pero se negó a ser más específica.
Es la primera vez que la administración de Bush admite
públicamente que está considerando la quiebra de uno o varios de los
"Tres Grandes de Detroit" (General Motors, Ford y Chrysler), a pesar
de las advertencias de que el cese de actividades de uno de ellos
ocasionará graves pérdidas económicas y laborales.
Las palabras de Bush y Perino se producen un día después de que
Chrysler anunciara que dejará de producir vehículos en Norteamérica
durante un mes, desde mañana hasta el 19 de enero, como consecuencia
de la caída de la demanda de sus productos.
La decisión de Chrysler provocará el parón total de las 30
plantas de producción (desde las de montaje hasta fábricas de
motores, transmisiones y estampado) que el fabricante tiene en
Estados Unidos (22), México (5) y Canadá (3).
El segundo fabricante estadounidense de automóviles, Ford, que se
encuentra en mejor situación financiera que GM y Chrysler, también
dijo que durante tres semanas 10 de sus 12 plantas de montaje en
Norteamérica detendrán sus actividades, al extender una semana las
tradicionales vacaciones navideñas.
A principios de noviembre un estudio indicó que Estados Unidos
perdería tres millones de empleos si los "Tres Grandes de Detroit"
cesan sus operaciones.
En caso de que solo uno de los "Tres Grandes" desaparezca, las
pérdidas de empleos sumarían 2,4 millones de personas en 2009 y las
económicas US$125.000 millones. En 2011, las pérdidas
laborales se reducirían a 1 millón de puestos.