El Congreso brasileño aprobó hoy un
recorte de 10.300 millones de reales (unos US$4.383 millones) en el presupuesto de 2009 por la previsión de una reducción
en la recaudación debido a la crisis, informaron fuentes oficiales.
El presupuesto para el próximo ejercicio, que todavía deberá ser
sancionado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, asciende a
1,685 billones de reales (unos US$717.021 millones).
La mayor parte de los cortes se realizó en las partidas
destinadas a los gastos corrientes de las diferentes
administraciones del Estado, principalmente de varios ministerios.
También se contempló una reducción de 800 millones de reales
(cerca de US$340 milloness) en la partida destinada al pago
de la deuda externa, puesto que se prevé una reducción de la tasa de
tipos de interés.
El Banco Central divulgó hoy el acta de su última reunión, en la
que mantuvo los tipos en el 13,75%, reveló que estudió
aplicar una bajada del 0,25% y abrió la posibilidad de
reducir los tipos a partir de su próxima cita, a finales de enero.
Para evitar cortes mayores en el presupuesto, se aprobó una
fuente de recaudación adicional de unos 2.500 millones de reales
(US$1.063 millones) relativa a la venta de los activos de la
extinta Red Ferroviaria Federal, que deberían haber sido subastados
este año.
Los ingresos originados por esta fuente se depositarán en un
fondo de estabilización fiscal, que será distribuido por el
Ejecutivo, previsiblemente entre ministerios como el de Salud, el de
Educación y el de Ciencia y Tecnología, que fueron los principales
afectados por los reajustes presupuestarios.
A pesar de los recortes, el Congreso aprobó un aumento de 9.500
millones de reales (US$4.042 millones) en el apartado de
inversiones del Gobierno, que se sumará a los 37.900 millones de
reales (US$16.127 millones) ya programados.
Otra alteración introducida fue aligerar las exigencias de ahorro
del Gobierno para cumplir las metas de superávit primario destinado
al pago de la deuda externa y sus intereses.
El Ejecutivo podrá ahorrar 1.500 millones de reales menos (unos
US$638 millones), pero esta cantidad tendrá que ser
compensada por entes públicos como el Banco Central y el Tesoro,
para mantener la meta de ahorro del 3,5% del PIB.
La recaudación de impuestos experimentó su primer dato negativo
desde hace cuatro años en noviembre, mes en el que el Fisco ingresó
un 1,85% menos que en el mismo período del año anterior a
raíz de la desaceleración de la economía brasileña.
Además, la semana pasada el presidente Luiz Inácio Lula da Silva
anunció una serie de reducciones tributarias por valor de unos US$3.900
millones, para impulsar el consumo y evitar que se agrave
la crisis.