El Gobierno brasileño anunció hoy una
serie de reducciones tributarias con las que se propone inyectar a
la economía cerca de US$ 3.900 millones, incentivar el consumo y contener la amenaza que supone la crisis financiera global.
Las medidas fueron anunciadas por los ministros de Hacienda,
Guido Mantega, y de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior,
Miguel Jorge, luego de una reunión que el presidente Luiz Inácio
Lula da Silva tuvo con una treintena de influyentes empresarios de
los sectores más representativos de la economía nacional.
Durante ese encuentro, los representantes del sector privado le
reiteraron a Lula su malestar con la alta carga tributaria, que en
Brasil es cercana al 40% del Producto Interno Bruto (PIB),
cuyo valor el año pasado fue de US$ 1,32 billones.
La respuesta del Gobierno a esas antiguas quejas, que se
preparaba desde hace unas semanas, fue presentada hoy ante los
empresarios y anunciada en una rueda de prensa unas horas después.
El titular de Hacienda dijo que se decidió atacar en tres
frentes, a fin de fortalecer al sector financiero, alentar la compra
de vehículos y aliviar el bolsillo de los brasileños a través de una
revisión del impuesto sobre la renta.
De esa manera, anunció que el llamado Impuesto a las Operaciones
Financieras, que tasa el crédito y los negocios de cambio, entre
otras, será reducido del actual 3% a un 1,5%.
También explicó que los tributos cobrados a quien compra un
automóvil serán llevados a cero en el caso de los vehículos con
motores de hasta 1.000 cilindradas, y caerán del 13% al 6,5% para el resto.
Asimismo, fueron revisadas hacia abajo las tablas del impuesto
sobre la renta de las personas físicas, medida que junto con las dos
anteriores inyectará unos US$ 3.829
millones a la economía real a lo largo de 2009.
Otra medida prevista por el Gobierno, que deberá ser aprobada por
el Consejo Monetario Nacional, apunta a permitirle al Banco Central
hacer uso de las reservas internacionales, situadas hoy alrededor de
US$ 206.000 millones, para respaldar a empresas brasileñas
que tienen créditos contratados en el exterior.