Los países de América Latina y el
Caribe pueden ahorrar unos US$36.000 millones en energía en
los próximos 10 años, si invierten en tecnologías para mejorar su
eficiencia energética, señaló un informe divulgado hoy en Sao Paulo por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Ese ahorro se conseguiría con la reducción del 10% del
consumo de electricidad para el 2018, mediante la utilización de
tecnologías eficientes, señala el informe, presentado por el
presidente del BID, Luis Alberto Moreno, en la conferencia
"Eficiencia Energética y Competitividad".
Para conseguir esa reducción del consumo, los países de la región
tendrían que invertir en conjunto unos US$17.000 millones en
lámparas fluorescentes compactas y motores eficientes, entre otras
cosas, para alcanzar un ahorro equivalente a unos 143.000 gigavatios
hora.
Si no se hacen esas inversiones, la región tendría que construir
unas 328 turbinas de gas, de 250 megavatios cada una, para atender
la demanda de electricidad, lo que supondría una inversión calculada
en US$53.000 millones, sin contar gastos de operación y
combustible.
Si en vez de gastar ese dinero en centrales, se invierten los
US$17.000 millones en medidas eficientes, Latinoamérica y el
Caribe economizarían US$36.000 millones.
"No hay duda de que si adoptamos las políticas adecuadas, dentro
de una década sería posible que una tercera parte de la energía
requerida por el sector eléctrico en América Latina provenga de
medidas de eficiencia", afirmó Moreno.
Según el presidente del BID, América Latina y el Caribe "no
pueden darse el lujo de tener ambiciones modestas en el ámbito
energético", pues el desarrollo requiere "no sólo más energía, sino
energía mas limpia y a menor costo".
La mayor inversión, por el tamaño de su mercado, tendría que
hacerla Brasil, que necesitaría US$6.700 millones para
implantar nuevas políticas de reducción del consumo, pero a cambio
evitaría un gasto de US$21.500 millonesen nuevas centrales
a gas.
Le siguen México, que requeriría inversiones por US$3.000 millones
para ahorrarse US$10.000 millones, y Argentina que, con
US$1.800 millones evitaría un gasto de US$5.600 millones.
Proporcionalmente, la inversión en eficiencia energética es dos
veces menor al gasto que supondrían las nuevas centrales a gas.
Venezuela necesitaría una inversión de US$1.500 millones para mejorar su eficiencia energética, seguida por Chile (US$900
millones), Colombia (US$730 millones), Perú (US$429 millones), República Dominicana (US$220 millones),
Ecuador (US$200 millones), Costa Rica (US$140 millones), Guatemala (US$123 millones), Uruguay (US$120 millones),
Jamaica (US$117 millones) y Trinidad y Tobago (US$115 Millones).
Con menos de US$100 millones lo lograrían Paraguay (US$93
millones), Panamá (US$88 millones), Bolivia (US$84 millones), Honduras (US$80 millones), El Salvador
(US$77 millones), Nicaragua (US$40 millones), Surinam (US$26 millones), Barbados (US$15 millones), Guayana (US$12 millones), y
Haití (US$6 millones).
El documento, titulado "Cómo ahorrar US$36.000 millones en electricidad (sin apagar las luces)", calcula la productividad en
el uso de la energía y compara precios de electricidad residencial,
gasolina y diesel en 24 países de la región.
También ofrece cálculos de lo que le costaría a cada país
alcanzar la reducción del 10% en el consumo de electricidad.