El derrumbe de la bolsa en China siguió profundizándose ayer pese al esfuerzo del gobierno que anunció una serie de nuevas medidas para apoyar las cotizaciones.
La caída, que en las últimas semanas había estado contenida al mercado local, finalmente da señales de expandirse a otras plazas, a medida que crece la preocupación por el impacto que la caída bursátil puede tener en la segunda economía del mundo, que es un mercado clave para muchas empresas extranjeras.
El índice Shanghai Composite se hundió más de 8% en la apertura y terminó cerrando con un retroceso de 5,9%. De este modo, ya acumula una baja de 32% desde su último peak, el 12 de junio. En ese intervalo se ha destruido valor bursátil por US$ 3,5 billones (millones de millones). Esto equivale a más de US$ 1.000 millones por minuto de transacciones.
Para contener el derrumbe las autoridades ayer permitieron que 586 empresas suspendieran sus cotizaciones, elevando el total de papeles paralizados a 1.331. A eso se suman otros 747 títulos que fueron congelados tras caer más del 10% diario permitido. Esto significa que 72% del mercado bursátil chino dejó de estar disponible.
Pese a eso, las autoridades tuvieron que salir además a inyectar liquidez de emergencia a través del banco central.
Impacto global
En las últimas semanas, la atención de los inversionistas mundiales había estado concentrada en las negociaciones para un rescate a Grecia y la expectación de que la Reserva Federal de EEUU comience a subir las tasas de interés.
Desde ayer, sin embargo, el temor a un contagio desde China entró en el radar de los mercados globales, con los rendimientos de los bonos considerados como refugio seguro hundiéndose y el valor de las monedas más duras disparándose.
En el mismo vecindario, el índice Topix de Japón perdió ayer 3,3%, su mayor declive en más de un año. "Estamos comenzando a ver a Japón arrastrado y la gente teme cómo puede afectar la economía china a Japón", comentó Alex Wong, director de Asset Management de Ample Capital en Hong Kong.
Más cerca del territorio continental, el Hang Seng de Hong Kong sufrió su mayor derrumbe desde noviembre de 2008, en plena crisis financiera global. La plaza llegó a caer hasta 8,6%, aunque al final cerró con una pérdida de 5,8%.
Incluso en EEUU, el colapso del mercado chino ya genera temor, con el S&P 500 cayendo 1,67% pese a que las operaciones estuvieron temporalmente suspendidas debido a una falla técnica. "Mis clientes están comenzando a estar más preocupados por China que por Grecia. Grecia ya está traspasada a precios, mientras que China tiene el potencial para un impacto relevante en los fundamentales globales", reconoció Ross Yarrow, director de Ventas de Acciones en EEUU de la británica Robert W. Baird & Co.
En China, donde hay más de 90 millones de inversionistas individuales, estos representan cerca de 80% de todas las transacciones. Por eso, el derrumbe podría golpear la demanda interna, a medida que se deteriora la confianza de los consumidores.
Más allá de Wall Street, el MSCI de mercados emergentes, perdió ,7% su mayor caída en dos años.
Mineras y automotrices
Considerando empresas en particular, el sector que ha liderado las caídas es el minero. La japonesa Sumitomo, que tiene su mayor operación internacional en China, perdió ayer 5,4%. Las mineras chinas han caído 45% en los últimos diez días, superando la pérdida del mercado en general. Y en Londres, BHP, la mayor minera del mundo, ha retrocedido 8,3% desde enero, y ayer ser hundió a su menor nivel en seis años.
El sector automotor es otro de los más expuestos a China, su principal mercado mundial. Las acciones de General Motors cayeron 4,98% ayer en Nueva York y las de Volkswagen perdieron 3,65% luego de que la asociación gremial en China anunciara ayer que las ventas de vehículos cayeron en junio por primera vez en más de dos años.
Un creciente número de potenciales clientes está postergando su decisión de compra porque necesitan dinero para cubrir las pérdidas. "Si están perdiendo mucho en la bolsa no van a querer comprar un auto", comentó Song Yang, analista de Barclays.