El Banco Central Europeo puede ayudar financieramente a los bancos de la eurozona, pero no en unos términos “excesivamente generosos” o con garantías insuficientes, ya que puede constituir un conflicto con sus objetivos. Así justificó ayer el organismo presidido por Mario Draghi su decisión de aplicar términos más estrictos a la línea de préstamos de emergencia (ELA, su sigla en inglés) que actualmente suministra al sistema financiero griego para evitar su colapso.
El documento llega apenas un día después de que el emisor europeo decidiera mantener el límite de la línea de la ELA a Grecia en 89.000 millones de euros elevando, sin embargo, el descuento al colateral que las entidades presentan como garantía, algo que añade presión sobre el premier heleno Alexis Tsipras para conseguir un acuerdo con los líderes de la eurozona.
“La prestación de financiación de emergencia en condiciones excesivamente generosas ... podría aumentar el riesgo moral en las instituciones financieras o autoridades responsables”, explicó el banco en el documento.
El BCE advirtió también que el suministro de ELA puede interferir con sus propósitos como organismo si amenaza la unidad de la política monetaria o la implementación de la misma, así como si afecta a la independencia financiera del banco central nacional en cuestión o viola la prohibición de financiación monetaria.
Según las normas del BCE, la ELA está diseñada para apoyar a bancos solventes con necesidades de liquidez y la prestan los bancos centrales nacionales con aprobación previa del BCE.
Desde hace tiempo, algunos miembros del consejo de gobierno del BCE han expresado sus reservas sobre la ayuda que el emisor proporciona a los bancos griegos, con el alemán Jens Weidmann cuestionando recientemente su solidez.
Por otro lado, el BCE admite que no es posible mitigar en su totalidad “algunos riesgos residuales” relacionados con los colaterales en caso de incumplimiento de alguna de las contrapartes. En este sentido, apunta que las contrapartes receptoras de ELA con frecuencia carecen de activos de garantía válidos o que plantean dudas sobre su solvencia de modo que no pueden tomar parte en las operaciones de política monetaria.
“En general, ELA conlleva también riesgos operacionales y legales. De hecho, los riesgos residuales asociados al ELA tienden a ser más altos que aquellos de las operaciones regulares de política monetaria”, añade.