Los bancos griegos están en un momento de alta vulnerabilidad. El Banco Central Europeo está restringiendo el crédito que funciona como su única línea de emergencia y el dinero se vació rápidamente de las cuentas de los clientes antes de que los bancos fueran cerrados y se impusieran los controles de capital, que restringen los giros a 60 euros diarios, hace una semana.
Por eso, la posibilidad de que se recurra al dinero de los accionistas, depositantes y contribuyentes para evitar el colapso del sistema bancario es cada día mayor, aseguró a Bloomberg una persona con conocimiento del asunto.
Las opciones que los reguladores están considerando incluyen el despliegue de un apoyo de los acreedores a los bancos bajo un nuevo acuerdo de rescate para intentar recaudar capital de forma privada, dijo la fuente.
Otra alternativa es que los bancos impongan un impuesto a los depósitos, una opción que primero necesitaría una contribución de los accionistas y tenedores de bonos, afirmó la fuente.
Una tercera opción, que contempla apoderarse de los depósitos de las cuentas de más de 100 mil euros, también está sobre la mesa, aseveró la persona. Este “rescate interno” fue parte del paquete de rescate a Chipre en 2013. En Grecia, los depósitos se encogieron en casi 40 mil millones de euros entre diciembre y junio de este año.
Penalizar a los depositantes es una “aberración”, dijo Petros Doukas, ex viceministro de Finanzas, a Bloomberg Television. “Golpearía al corazón de la clase media y sería muy destructivo para la economía”, replicó.
Otras dos personas cercanas al sistema financiero -uno de ellos un alto banquero griego- advirtieron ayer a Reuters en condición de anonimato que los bancos helenos podrían quedarse sin efectivo a partir de hoy, a más tardar mañana en la noche, ya que el suministro de billetes ha estado debilitándose rápidamente, pese al corralito y al cierre de los bancos.
Ante la posibilidad de quedarse sin efectivo, algunos griegos se apuraron a comprar abarrotes para cubrir sus necesidades diarias, pero otros están acudiendo a tiendas de electrónica, para adquirir productos como los computadores de Apple y las PlayStation de Sony para sacar máximo provecho a sus tarjetas de crédito y débito mientras las tiendas aún las aceptan.
“Las personas están gastando el dinero que tienen en el banco porque de otro modo temen que no puedan sacarlo”, explicó Natasa, una vendedora de una tienda de computadores en el centro de Atenas, a Bloomberg. “Un Mac es algo que mantiene su valor”, agregó.
Por su parte, al menos tres empresas, entre ellas la mayor cadena de aparatos electrónicos del país, pagaron a su personal en efectivo después de la implementación del corralito. La decisión de Kotsovolos, propiedad de la británica Dixons Carphone, y de otras dos compañías son muestras del impacto de la crisis de la banca helena.
Una portavoz de Dixons dijo que Kotsovolos había pagado a su personal en efectivo la semana pasada y que estaba esperando a ver qué ocurría esta semana. Otra firma evalúa ofrecer esta opción a sus empleados en el sueldo que le pagarán a fin de mes.