El fabricante de vehículos Toyota anunció hoy que en
el presente año fiscal espera registrar las primeras pérdidas operativas
-relativas a su actividad ordinaria- desde 1940, por valor de 150.000 millones
de yenes (US$ 1.668 millones), a causa de la crisis.
Según estos datos, este será el primer año con pérdidas en
este capítulo de la compañía desde que comenzó a anunciar sus resultados
públicamente, un cambio de rumbo significativo si se comparan estos datos con
los logrados el año pasado.
Es cierto que a pesar de que la compañía va a registrar
estas pérdidas operativas, Toyota prevé un beneficio neto de 50.000 millones de
yenes (US$ 556 millones) al final del año fiscal, que termina en marzo.
Pero este dato no supondrá un consuelo para accionistas y
trabajadores de la empresa, porque supone una caída del 90,9% del beneficio
neto en comparación con el año pasado.
El primer fabricante del mundo ha anunciado recientemente
recortes o paralizaciones temporales de producción en varias de sus fábricas,
además de la reducción de 450 miembros de su plantilla de trabajadores
temporales.
Esta medida, muy poco común en Toyota, incluye el cierre
total durante un día de cinco de sus plantas en Hokkaido, al norte de Japón, el
primero que establece la compañía en 15 años para reducir la producción.
Estos datos dibujan un contraste devastador en comparación
con los del año pasado.
En el pasado año fiscal, Toyota logró 2,27 billones de yenes
(US$ 25.235 millones) de beneficio operativo y 1,72 billones de yenes (US$ 16.465
millones) de beneficio neto.
La revisión a la baja se debe al desplome de las ventas de
Toyota en todo el mundo, pero especialmente en EEUU y Europa, unido a una
fuerte apreciación del yen frente al dólar, que ha perjudicado los resultados
financieros del gigante del motor.
Un yen muy caro dificulta las exportaciones de vehículos de
Toyota porque los hace más caros en el extranjero, por lo que la compañía ha
reducido su previsión de ventas a 8,86 millones de unidades, 540.000 menos que
su pronóstico previo.
Pero el encarecimiento del yen tiene un efecto negativo
suplementario para Toyota.
La divisa japonesa se ha encarecido contra el dólar en un 25
% en los últimos meses, por lo que cuando las compañías exportadoras como
Toyota repatrían los beneficios obtenidos en el extranjero estos quedan
diezmados.
Los males de Toyota Motors, el buque insignia de la poderosa
industria japonesa, son los del resto del país, dependiente de las
exportaciones.