Viña Requingua apuesta por Toro de Piedra con espumante y sumará a tres países por año
La empresa busca fortalecerse en China, no obstante, advirtió los riegos para la industria producto de la guerra comercial con Estados Unidos.
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Con todas sus fichas puestas en los vinos de alta gama se encuentra Viña Requingua, ligada a la familia Achurra. Su “caballo de batalla” en esta puesta es Toro de Piedra, marca mediante la cual están buscando fortalecer su presencia tanto en Chile como en el extranjero, razón por la cual han decidido destinar la mayor parte de sus inversiones en seguir posicionándola.
¿Cuál es la estrategia? Según Santiago Achurra, gerente general y segunda generación a cargo de la viña familiar, “estamos en una etapa que más que pensar en cuántas cajas, botellas o dólares vamos a vender, es tener una buena cobertura. ¿Qué significa? Que si hoy estamos en diez países con Toro de Piedra, queremos entrar a dos o tres países por año de manera de tener mejor cobertura y, en los países donde estamos, tener un mejor servicio, probablemente ampliando a otras cepas”.
Si bien los planes para la marca son ambiciosos, el CEO señala que se están tomando las cosas con calma, incluso si ello implica tener ritmos de crecimiento más conservadores.
“Ya no queremos como empresa crecer con grandes números, sino que hacerlo en vinos alta gama. Nosotros nos caracterizamos en los últimos diez años por crecer a más de dos dígitos, pero hoy día preferimos crecer a un paso más lento pero con Toro de Piedra y en construcción de marca”, asegura Achurra.
El máximo ejecutivo de la viña también anunció la expansión de la marca a un nuevo segmento, el de espumantes del tipo brut, que apuntará a un segmento medio. “Ese espumante se va a lanzar dentro de los próximos meses”, asegura, remarcando que con Toro de Piedra “le dimos en el clavo” en el gusto de los consumidores.
Las inversiones
Viña Requingua tiene en su guía inversiones de unos US$ 3 millones por año, las cuales están enfocadas en fortalecer el segmento premium, así como sus operaciones enfocadas en el mantenimiento de plantaciones, bodegas y barricas, entre otros.
La firma -que ya tiene presencia en 35 países- cuenta con su propia planta embotelladora y mantiene oficinas en China, Estados Unidos, Inglaterra.
Fuera de Chile, su apuesta está en Asia, precisamente en China: “Es un mercado que hay que reconocer que tiene mucho potencial por varios aspectos. Primero Chile hace mucho tiempo hizo un buen acuerdo de libre comercio con China, eso permite proyectarse. Por otro lado nuestro país ha leído bien ese mercado, y lo tercero es que hoy el consumo per cápita es más de un litro, versus Chile que son 18 litros, y el vino allá es bien percibido, entonces cada día ingresa más gente al consumo”, dice.
De todas formas, advirtió los riesgos de la guerra comercial con Estados Unidos: “Para los compradores chinos hoy el dólar está más caro. Osea que nosotros también empezamos a ser más caros y menos competitivos (...) En el largo plazo, esto es malo para nosotros, para la industria y para el país”.