Dejar de lado la ayuda asistencialista para volcarse a entregar herramientas y, en algunos casos, subsidios con fondos propios para fomentar e impulsar los emprendimiento locales es el nuevo foco en el que se han concentrado algunas municipalidades del país, que han dado prioridad a la creación y desarrollo de micro y pequeñas empresas (mypes) a través de los departamentos de fomento productivo o creando sus propios centros de emprendimiento. Para este año, 18 municipios de siete regiones del país, destinarán US$ 8,8 millones para apoyar la creación de empresas, recursos que se invertirán en orientación legal, capacitación, información sobre líneas de financiamiento, formación en planes de negocios y subsidios con fondos municipales.
Las municipalidades de Peñalolén, Santiago, Quillota y Viña del Mar, entre otras, se han transformado en verdaderas pioneras en este tema y, de hecho, lideran los cuatro primeros lugares entre las que más recursos contemplan para generar nuevos emprendimientos. Peñalolén, por ejemplo, a través del Centro Yunus, cuenta con un presupuesto superior a los $ 1.000 millones, o Quillota, con cerca de $ 440 millones. Los casi US$ 9 millones que estas alcaldías invertirán este año, debería crecer drásticamente en el mediano plazo porque otros municipios se han ido sumando. Por ejemplo, Providencia empezó en 2010 su proyecto Emprende Providencia para ayudar a oficializar pequeños negocios, esperando consolidarlo este ejercicio. Nos dimos cuenta que era más positivo generar emprendimiento que buscar trabajo, explica el edil de la comuna, Cristián Labbé.
En la misma línea está Concepción, que en febrero abrirá su propio centro, o Vitacura con Vita Emprende, que está recién partiendo y expandiendo sus redes para contar con apoyo y generar alianzas para su desarrollo. El municipio de Rancagua, en tanto, decidió reflotar su departamento pero enfatizando la conexión con empresas locales.
Mayor rol de las alcaldías
Según datos del Servicio de Cooperación Técnica (Sercotec), en Chile hay poco más de 1,5 millones de micro y pequeñas empresas, que concentran el 58% de la ocupación del sector privado. Pero el problema es que la gran mayoría tiene una alta informalidad y enfrenta dificultades para encontrar financiamiento para crear una empresa o crecer, según un estudio del Centro de Micro Datos de la Universidad de Chile y el Ministerio de Economía. Para Patricio Cortés, director del Centro de Emprendimiento e Innovación de la Universidad del Desarrollo, el nuevo fenómeno que están impulsando algunas municipalidades se explica porque se están dando cuenta que apoyar a personas con capacidades y habilidades para salir adelante funciona, y con mejores resultados que entregar ayuda asistencialista. Están atacando un punto fundamental para las personas, que se produce por la falta de conocimiento y educación a la hora de saber llevar una empresa o una buena gestión, dice.
En ese sentido, la Asociación de Municipalidades dará un impulso al tema con un plan para promover el emprendimiento local en todas las alcaldías del país.
El alcalde de Peñalolén, y presidente de la Comisión de Empleo y Desarrollo Productivo de la asociación, Claudio Orrego, explica que están desarrollando un proceso evangelizador en todo Chile para que los municipios le den importancia a contar con una buena política de desarrollo económico y sus beneficios para derrotar a la pobreza promoviendo la innovación tanto en la gestión de proyectos de desarrollo económico local, como para la obtención de recursos a través de privados, indica. Agrega, además, que deben haber incentivos a nivel estatal para cambiar el actual panorama.
Los municipios somos la primera instancia a la que recurren los vecinos para buscar apoyo. Hasta ahora, el gobierno nos entrega el rol de simples intermediadores para la entrega de beneficios sin ver que, por ejemplo, si invirtieran en la instalación de profesionales trabajando a tiempo completo en terreno, el impacto sería mucho mayor, dice.
Financiamiento
Si bien la gran mayoría de estos centros u oficinas cuenta con aportes de las arcas municipales, lo cierto es que se las han ingeniado para que el financiamiento provenga también de recursos externos, desde universidades hasta convenios con fondos internacionales. Por ejemplo, Peñalolén cuenta con recursos y alianzas con 80 empresas, tres universidades, cinco fundaciones, cuatro bancos, ocho instituciones de gobierno y uno con la Unión Europea. El municipio de Antofagasta, en tanto, además de aportar recursos propios por $ 235 millones, está haciendo gestiones para obtener otros $ 400 millones principalmente de empresas mineras para, por ejemplo, habilitar espacios para que el emprendedor pueda mostrar sus productos. Distinto es el caso de Puerto Varas, que en 2010 cambió su estrategia y decidió apoyarse con embajadas y actualmente tienen el apoyo de las representaciones diplomáticas de Alemania o Japón.
Otra que también ha hecho cambios es Viña del Mar. Su alcaldesa, Virginia Reginato, acota que están trabajando con empresarios de la comuna para que aporten de distintas maneras al desarrollo de la zona.