Roberto Angelini: “Hoy es duro ser empresario... es un rol que está muy castigado y vilipendiado”
Líder del holding hace un firme llamado a restablecer la búsqueda de acuerdos y a poner el crecimiento al norte de las prioridades.
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Razones para ser elegido Empresario del Año 2016 por parte de los lectores de Diario Financiero hay de sobra en el caso de Roberto Angelini, presidente de Empresas Copec. Y no se trata sólo de los reconocidos atributos de sobriedad y disciplina con que ha manejado las riendas del grupo, sino que en el último año hay una aplastante evidencia objetiva que avala su reconocimiento. En poco menos de doce meses el grupo que dirige ha concretado operaciones que involucran más de US$ 2.100 millones, a través de las cuales se han consolidado como un grupo multinacional con presencia en 16 países.
Angelini reseña en esta entrevista el porqué de esa carta de navegación, agradece a sus equipos y se hace cargo de los temas sociales y económicos en los que deben circunnavegar las empresas y los empresarios en el mundo y el Chile de hoy.
-¿Cómo es ser empresario hoy?
-Le puedo contestar de dos formas. Primero, confesando que hoy es duro ser empresario. Es cuestión de ver la televisión y leer los diarios. Es un rol que está muy castigado y vilipendiado. Sin embargo, cuando ocurren cosas como éstas, en que a uno se le reconoce como empresario del año, viene una sensación que a uno le reafirma la importancia del papel de la empresa privada en el desarrollo del país.
Por esto, si hay alguien que puede estar agradecido por este premio soy yo, que no lo tomo a título personal, sino que como un espaldarazo a toda la gente que trabaja con nosotros, a esos ejecutivos que han partido a otras latitudes para aportar en estos nuevos emprendimientos, con la cultura y el modo de hacer las cosas de Empresas Copec.
-¿Qué mea culpa debiera hacer el sector para restablecer su reputación?
-Uno está en continua autoevaluación, viendo permanentemente en qué pude equivocarme para arreglarlo. Aquí por lo menos siempre revisamos críticamente lo que hacemos para identificar en qué podemos mejorar. Evidentemente, siempre vamos a encontrar errores porque somos seres humanos, lo importante es poder corregirlos y en eso estamos siempre trabajando.
-¿Es un tema comunicacional o de gestión al interior de las empresas?
-Déjeme responderle de otra manera. Nosotros somos inmigrantes, para tocar un tema sensible por estos días. Yo no nací en Chile pero hoy este es mi país.
En 1957, cuando empezamos con las primeras actividades importantes a nivel industrial, recuerdo que mi padre, al instalar en Arica la primera planta pesquera de Eperva, se encontró con una ciudad que carecía de equipamiento básico, razón por la cual junto con la instalación de la planta, lo primero que hizo la empresa fue construir casas para los trabajadores, a muchos de los cuales reclutó ofreciéndoles una alternativa laboral a la vida de excesos que llevaban, algo que a los pocos años ellos le agradecían.
No sé si me explico. Lo que quiero decir es que la responsabilidad social o el valor compartido deben ser algo intrínseco de la empresa, y así ha sido siempre en nuestro caso.
-¿Qué talento se requiere para ser hombre de negocios?
-No es tanto talento, hay que ser una persona de esfuerzo y tener grandes colaboradores. Si bien, lo nuestro siempre ha sido lo industrial, nuestro principal activo son las personas.
Año hiper activo
-Este ha sido un año muy noticioso para el grupo…
-Ha sido un año bastante movido en inversiones, con la materialización de proyectos que teníamos dibujados en la mente y que, curiosamente, se fueron haciendo realidad uno tras otro, fue increíble. Cuatro o cinco proyectos que en Empresas Copec habíamos diseñado para concretar en varios años, se fueron materializando concatenados.
Son inversiones cuantiosas, más de US$ 2.000 millones, que empresas del grupo están realizando en áreas que son el corazón de nuestro negocio.
-Es un hecho que en Chile la inversión está más lenta ¿están viendo más oportunidades afuera?
-Claro, porque en Chile se da el problema, no sólo para Empresas Copec, sino que en general, de que los proyectos se entraban por razones que podrían solucionarse en forma simple. Esto no implica que uno busque la aprobación sin cumplir con las normativas, sino que por el contrario, lo que se necesita es que se apliquen las leyes, porque no estamos buscando prebendas ni beneficios para los proyectos que nosotros u otras empresas estamos desarrollando.
Y esto no pasa tanto por las autoridades, que lo único que quieren es que se haga más inversión, como han dicho la propia Presidenta y varios de sus ministros, sino de instancias, particularmente en regiones, donde las cosas se entraban y lo peor es que se judicializan y ahí pueden pasar uno, dos, tres o hasta siete años como nos pasa con algunos proyectos y en ese período los proyectos pueden perder vigencia, porque en dos años la tecnología cambia y en cinco lo ha hecho dos veces.
-¿El que la economía chilena pueda seguir creciendo a tasas mediocres está afectando también las decisiones de inversión en el país?
-Son tasas bajas las que se proyectan y eso es algo muy importante que tenemos que analizar para definir dónde más podemos crecer, porque desgraciadamente si las empresas no crecen se estancan.
En el caso de este grupo estamos creciendo en lo nuestro, en lo forestal y en energía, que son nuestros rubros y si en esas áreas se ve que no hay posibilidades de desarrollarse o una judicialización, tenemos que buscar afuera. Es tan simple como eso. Sin embargo, en el caso de Empresas Copec, en Chile aún tenemos muchas cosas por hacer, lo dije antes y ahora lo repito: en el caso específico de Arauco tenemos dos proyectos importantísimos, de ampliación y modernización de una de nuestras plantas de celulosa más antiguas y para el desarrollo de una nueva línea de productos de fibra textil, que orientará la oferta a otros segmentos de mayor valor agregado, en un mercado que actualmente presenta una importante sobreoferta. Pero ahí están detenidos, y las inversiones siguen enredadas.
En la fibra textil tenemos un nicho de negocios súper interesante para crecer, pero no lo podemos hacer porque seguimos enredados con permisos por aquí y por allá, aunque lo más curioso es que este último proyecto en Valdivia hace que el proceso de producción sea aún más sustentable ambientalmente que el actual, más amigable con el ambiente, pero no lo podemos hacer.
-¿Cómo se resuelve esta situación?
-Con las mismas leyes existentes, no se necesita hacer nuevas regulaciones o leyes especiales. Es necesario que se vayan aprobando los proyectos.
Es evidente que hay un problema de falta de confianza y mientras ésta no se restablezca persistirán muchos problemas en el país, un fenómeno aparentemente simple, pero que es muy complejo para Chile, que requiere una voluntad nacional y el trabajo de todos para superarlo.
-Algunos analistas dicen que en Chile hay menos disposición a actuar en base a diálogo y consenso y menos énfasis en el crecimiento.
-Aquí tenemos que entender que todos en este país tenemos una meta y un destino común. Este es un país pequeño y no debería costar ponerse de acuerdo. Es algo que los observadores extranjeros no pueden comprender.
-¿Le preocupa que estemos empantanados en materia de crecimiento?
-Claro que sí, bajo todo punto de vista es una preocupación que compartimos gran parte de los chilenos.
-¿Teme que con las dinámicas que se han dado el país pueda ser presa de propuestas populistas?
-Espero que no. Uno de los riesgos que tenemos es que se imponga la idea de un borrón y cuenta nueva, tan característico de los diversos tipos de populismo. Este país tiene una institucionalidad y un marco jurídico valioso y sólido, que no estamos aprovechando a cabalidad. Las cosas se pueden mejorar siempre, pero es importante que se haga con responsabilidad, con rigor técnico y sobre la base de grandes acuerdos.
-Las inversiones del grupo este año apuestan a un mundo globalizado e integrado. ¿Cómo ven las fuerzas en contrario, como podría ser Trump?
-Primero hay que ver a Donald Trump con guitarra y ver qué proyectos va a impulsar después del 20 de enero, pero no creo que él pueda borrar con el codo todos los acuerdos y tratados comerciales que hicieron los gobernantes anteriores.
Estados Unidos destaca por la rigurosidad de sus normas y la independencia de sus organismos, entonces no es llegar y deshacer, ni siquiera para el presidente. Lo que puede pasar es que haga perfeccionamientos o cambios, porque entiendo el problema que hay en Estados Unidos (lo vimos en Michigan donde Detroit, la ciudad más grande de ese estado, cayó afectada por el derrumbe de la industria automotriz), pero Trump no va a lograr restablecer esa actividad en las mismas condiciones en que funcionó antes, y lo más probable es que tendrá que reflotarla pero a partir de la reconversión.
En el intertanto nosotros vamos a hacer allá lo que sabemos hacer.
"El retorno del negocio internacional será tanto o más importante que el local"
Roberto Angelini dice que aún no es posible definir el peso que las cinco operaciones que Empresas Copec amarró este año y que implicaron compromisos de inversión por US$ 2.132 millones, tendrán en el contexto general de los negocios del holding.
Sin embargo, reconoce que en el largo plazo el retorno de las operaciones internacionales del grupo será "tanto o más importante de lo que se produce hoy en Chile" y esto por una razón bastante obvia: el mercado local es pequeño y eso los impulsó a buscar oportunidades para crecer a nivel internacional, tal como lo han hecho otras muchas empresas nacionales.
Y aunque aclara que a Copec le quedan muchas cosas por hacer en Chile, no han logrado concretar algunos de esos proyectos, entre otras cosas por la judicialización, algo que no les ha sucedido a nivel internacional donde en las áreas forestal y de energía avanzan en la generación de plataformas comerciales y productivas en cuatro continentes, con el foco de pasar "desde Chile hacia el mundo" a "Chile en el mundo...", replicando lo que hacen aquí en otros países donde los mercados son mayores.
"Lo que se consolida en 2016 es que Empresas Copec se ha constituido en un grupo multinacional", dice y recuerda que hoy la empresa tiene presencia productiva en 16 países.
Esta diversificación geográfica, añade, se fue dando con los años y la evolución de los negocios y de sus relaciones comerciales.
"Un ejemplo está en el área forestal donde los mismos clientes nos fueron abriendo los ojos para ir decidiendo dónde podíamos abrir nuevas plantas. Así fue con la planta de paneles que estamos construyendo en Estados Unidos, donde grandes multinacionales de muebles que son clientes nuestros, como Steelcase, Ikea y otras, están presentes y desde allá podremos abastecerlas en el mismo día", comenta.
Deuda controlada
Angelini destaca que están en condiciones de abordar tantas operaciones en tan poco tiempo porque desde su origen el grupo "ha sido poco amigo de las deudas y ha construido su desarrollo sobre bases sólidas", un perfil que mantendrán, pese a que, puntualmente, en un año el endeudamiento pueda ser mayor.
Adelanta que el próximo año la tarea será consolidar las inversiones comprometidas este año, terminando la construcción de la planta en Michigan, que será una de las más grandes de su tipo en el mundo o estructurar los contratos con ExxonMobil para la distribución de lubricantes y combustibles y su traspaso a Copec y a Terpel.
En el plano local, dice que esperan poder avanzar "en plazos razonables" con los dos proyectos forestales por US$ 2.000 millones que están judicializados.
En otro ámbito, están bastante avanzados con el masterplan del proyecto inmobiliario de Las Salinas, "que estamos desarrollando con trabajo con la comunidad y altos estándares técnicos y ambientales, para después ponerlo a disposición de desarrolladores inmobiliarios que lo construyan", puntualiza.