La reconversión del negocio de la asesoría de imagen

Siempre tuvo la idea de dedicarse a algo relacionado con la asesoría de imagen. Estudió estética integral porque era lo único que se enseñaba hace un par de décadas cuando terminó la enseñanza secundaria, y con eso, y mucha convicción, lanzó su emprendimiento.

Hoy, después de un recorrido que incluye estudios en varios países y una expansión importante de su negocio, María Pilar Malverde dirige su empresa Personal Shopper Chile, con foco principal en consultoría a empresas; tiene una escuela para formar nuevos profesionales en esta área y es presidenta de la primera asociación gremial de esta industria en Latinoamérica.

"Cuando partí, este era un rubro nada explotado en Chile, pero yo sabía que iba a funcionar. Y así ha sido, ha ido creciendo de una manera exponencial, espectacular", cuenta.

Considera que el éxito de su visión tiene que ver con el relato detrás de esta actividad, que no es fashion emergency, recalca. "La asesoría de imagen no solamente involucra vestuario. Nosotros trabajamos muchos conceptos y muy de la mano con la persona, con lo que quiere conseguir y proyectar. Lo mismo con las empresas. Los cambios que impulsamos son para siempre", dice.

-¿Cómo les fue con la pandemia? ¿Han logrado sortearla bien?

-Sí. En el 2019, sin saber que vendría una pandemia obviamente, habíamos empezado a digitalizar nuestros procesos. Lo estábamos haciendo bien, lentamente, con un proyecto bastante ambicioso, y con la pandemia todo eso se aceleró. Nos pusimos a trabajar a toda máquina y en siete meses lanzamos una plataforma con la que nos ha ido increíble. La lanzamos en octubre del año pasado y ahora la estamos patentando, porque es única en el mercado, y la estamos empezando a vender al retail.

"Como trabajamos muy de la mano con ellos, nos dimos cuenta de que con la pandemia había un déficit en el servicio, que no estaba lo experiencial. Entonces esta plataforma ayuda a tener una cercanía muy profunda con el cliente, ofrecemos acompañarlo a comprar, pero online", explica.

También va a expandir su negocio para personas naturales, con una membresía que da acceso a un asesor de imagen en línea.

-¿Cuál es la idea de lanzar una asociación gremial?

-La armamos porque nos dimos cuenta de que esta actividad estaba creciendo muy rápidamente, pero que había que ordenarla un poco y trabajar más en conjunto. Hemos tenido muy alta convocatoria y también de otros países latinoamericanos. Estamos haciendo al menos un foro mensual con distintas temáticas.

Explica que la asesoría a empresas consiste, en lo central, en estudiar el perfil de la compañía -el logo, los colores corporativos, la misión, la visión, en fin- y con eso, armar una propuesta de imagen que se incorpora al uniforme, si es que existe, y protocolos de imagen con los que se capacita a los trabajadores.

-Cuando la sociedad avanza hacia mayor inclusión, mayor aceptación de las diferencias, parece una asesoría que va contra los tiempos.

-No. Por el contrario. En los códigos de la imagen, trabajamos en cinco conceptos que son los colores, los movimientos, los sonidos, las líneas y formas y los volúmenes. Lo primero que hacemos es entender qué es lo que la empresa quiere transmitir, pero también qué es lo que los colaboradores están transmitiendo con su imagen, y buscamos llegar a un equilibrio, una imagen que sea adecuada para la empresa y que no haga sentir incómodos a los trabajadores.

¿Esperan más actividad con las campañas políticas?

-Sí y no solamente acá. A nivel latinoamericano hay mucha fuerza con esto de las campañas políticas, porque se vienen varias elecciones en distintos países. De hecho, me invitaron a dictar un curso sobre la imagen ganadora de una mujer política. "Mujeres líderes que formen líderes". Mi rol ahí va a ser trabajar el tema de la indumentaria, el protocolo del vestuario.

Yo creo que a las mujeres políticas tal vez le falta un poquito más de fuerza en la imagen como para poder conseguir los resultados que uno espera. Y ahí tenemos que jugar a la par con los hombres.