Una realidad bien distinta a la de los especialistas de los grandes estudios de la capital es la que viven los profesionales jurídicos en regiones. La especialización en distintas áreas del derecho era algo hasta hace poco alejado de sus quehaceres diarios.
Es por ello que la consultora legal Idealis realizó un análisis del campo laboral de los abogados en regiones, basándose en casos específicos de profesionales de entre 30 y 40 años que cuentan cómo ha ido mutando la actividad en distintas ciudades del país.
¿Dónde trabajan?
Alejandro Elgueta Sanhueza (46) estudió Derecho en la UC, en la sede de Talcahuano. Y si bien cuando eligió la carrera le gustaba la idea de ayudar a resolver conflictos, desde 2014 se abocó a ello en su rol de Coordinador Regional de la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento de la VIII Región.
Comenzó en una empresa ligada a un banco, buscando antecedentes para realizar estudios de títulos. Después siguió con cobranzas: “La compensación era baja, pero como estudiante yo estaba feliz. Aprendí del tema, fui agarrando experiencia, manejo en tribunales, creando redes”. Luego trabajó como defensor público licitado cerca de 6 años.
Más al norte, algo similar vivió Alvaro Funes (41), quien estudió Derecho en Antofagasta, en la Universidad Católica del Norte, ciudad donde se quedó trabajando, aunque —admite— no fue la decisión que tomó la generalidad de sus compañeros. “En mi generación, cerca de la mitad se devolvió a sus ciudades de origen, entre la I y la IV región, y unos pocos se fueron a trabajar a la RM”, dice.
Distinta es la experiencia de Camila Jordán Lapostol (42), abogada de la Universidad Católica de Santiago que trabajó en Carey y en el Poder Judicial antes de partir a Puerto Varas y Puerto Montt. Hoy es independiente y su principal motivación para optar por este tipo de trabajo es la cercanía: “Uno (en regiones) conoce mejor a los otros abogados, a los jueces y, en general, a los intervinientes en el sistema”.
Más especialización
El mundo de la banca también es otro de los lugares donde se hacen espacios los profesionales del derecho fuera de Santiago. En Chillán ejerce Baltazar Guajardo Carrasco (42), quien estudió en la Universidad Católica de la Santísima Concepción y tiene una oficina donde asesora principalmente a bancos.
Como abogado en ejercicio y profesor de derecho civil, tiene una mirada muy clara sobre la especialización en regiones: “Se ha ido dando generacionalmente. Yo diría que entre quienes se titularon en la década del 2000 al 2010 predomina el generalismo, pero desde 2010 a la fecha ha habido un cambio drástico hacia la especialización”. Para Guajardo, una de las razones de esta tendencia es el aumento del número de abogados, que ha ido forzando la dedicación exclusiva o preferente al área penal, familia o laboral. “Y también en defensa de deudores con la nueva ley de quiebras”, añade.
Victoria Stangl Chang (30), de la U. de Tarapacá, se tituló en 2014 y formó un estudio jurídico con un compañero de universidad. “Lo que más veo son temas relacionados con inmuebles, como escrituras, arriendos, estudios de títulos y redacción de contratos. Llevo muy pocos juicios”, cuenta.
Álvaro Funes hizo lo que llama una especialización temprana: en tercer año entró a un estudio especializado en materia minera de la zona; en cuarto procuró en la fiscalía de SQM y tras titularse siguió como abogado por varios años. Hoy trabaja en Antofagasta Minerals.
Remuneraciones y honorarios
En materia de remuneraciones, según la experiencia de Idealis, es frecuente ver que profesionales de regiones digan que no refleja su realidad. La pregunta que ronda es si hay menor poder adquisitivo, los sueldos en regiones efectivamente son más bajos y eso se traslada a lo que puede ganar un abogado o si hay un problema de valoración del trabajo legal.
Para Alejandro Elgueta, quien está facultado también para ejercer en el área privada, ambas explicaciones coexisten: “Lo mismo que pasa con Chillán y Los Ángeles, donde creen que en Concepción están dispuestos a pagar más, es lo que pasa en Concepción respecto de Santiago”.
Pero cuánto aspira a ganar un recién titulado. Victoria Stangl cuenta que en Arica lo usual es partir ganando entre $500 y 600 mil pesos. Si bien, advierte, el costo de la vida es más bajo que en Santiago, tampoco es que sea tanto más barato, de ahí que muchos de su generación hayan emigrado a Antofagasta, Calama o incluso Santiago, dice.
Antonia Márquez Roldán (38), titulada en la U. de Los Andes, pero que desde 2005 trabaja en Curicó, añade que “en regiones es muy difícil que te contraten, no existe oferta laboral con un sueldo. Cuesta mucho. Te ofrecen participaciones, comisiones y siempre a honorarios”, lo que atribuye a un entorno donde no están acostumbrados a contar con oficinas legales, sino abogados particulares.
“Cuando me titulé, en Curicó había sólo dos (oficinas de abogados). Eso ha ido cambiando”, agrega. Un abogado que recién entra al mercado puede ganar desde $400 mil pesos, y alguien con 5 o 6 años de experiencia, con contrato, anda cerca del millón 200 mil. “Pero como independiente, ganas mucho más”, asegura.
“Puede que al principio los honorarios sean más bajos que en Santiago”, es la experiencia de Camila Jordán, “pero también se van equilibrando en el tiempo. Y depende del área de ejercicio. En lo laboral, las empresas de la zona confían más en alguien que conoce la realidad del lugar”.