Las reservadas negociaciones entre la DC y Chile Vamos en el Congreso de cara a un rechazo a nueva Constitución

La preocupación acerca del día después del 4 de septiembre ha ido en aumentos las últimas semanas y poco contribuyó entre los parlamentarios tanto del oficialismo como de la oposición el que la última encuesta Cadem haya dado cuente de un leve aumento del apruebo de cara al plebiscito de salida. La inquietud acerca de los eventuales “cerrojos” que la Convención Constitucional pretendería imponer a la nueva Constitución, promoviendo un quórum de 2/3 para su eventual modificación, no ha hecho más que reforzar la postura por el rechazo en el plebiscito de salida no sólo en Chile Vamos –que ya la oficializó-, sino también en sectores de la Democracia Cristiana (DC).

Por ello es que los senadores de la DC Ximena Rincón y Matías Walker presentaron un proyecto de reforma constitucional que baja los quórums de la actual Constitución a 4/7 de manera tal que se le puedan introducir modificaciones con mayor libertad de lo que hasta ahora se había hecho, debido a que –como explicó el senador- “los capítulos más importantes, como el de derechos y garantías constitucionales, exigen 2/3”. Y, según señaló la senadora Rincón, el país necesita “respuestas hoy y respuestas urgentes”.

Lo que se busca es que “nadie tenga un poder de veto y la democracia se pueda expresar”, dijo Walker y por lo mismo emplazó a la derecha a respaldar esta iniciativa “aquí y ahora” y no a esperar al resultado del plebiscito.

Sin embargo, lo que hicieron los senadores falangistas fue adelantarse a un proceso que se venía gestando desde hace a lo menos tres semanas, cuando el presidente de la UDI, senador Javier Macaya, se reunió en una cena en el Congreso con los jefes de bancada de diputados de la DC, Renovación Nacional, la UDI y Evópoli; Eric Aedo, Andrés Longton, Francisco Undurraga y Jorge Alessandri, respectivamente.

En la cita, promovida por la DC, se abordó la inquietud que afecta a la mayoría de sus parlamentarios respecto de las consecuencias que podría tener que se imponga el rechazo en el plebiscito del 4 de septiembre; pero más aún, que aun cuando “por estrecho margen” gane el apruebo, la nueva Constitución no pueda modificarse. Por lo que la idea de estos parlamentarios es asegurar que el proceso constitucional no concluya con el plebiscito de salida, sino que continúe haciendo posible la modificación de la Carta Fundamental, bajando el quórum justamente a 4/7, tal como lo hicieron los senadores Rincón y Walker con su propuesta de reforma constitucional, con el matiz de que el objetivo de estos últimos es que rija de inmediato.

Macaya, el articulador

Incluso, quienes conocieron las negociaciones entre la DC y la oposición aseguran que el proyecto de reforma constitucional para bajar de 2/3 a 4/7 el quórum ya está redactada. No obstante, los senadores Rincón y Walker tomaron la delantera. Y desde Chile Vamos, a través de los senadores Luciano Cruz Coke, Francisco Chahuán  (presidente de RN) y el propio Javier Macaya cogieron el guante de inmediato y se comprometieron a respaldar la reforma. Este último señaló, a través de su cuenta de su cuenta de Twitter: “Muy bien! Todo Chile Vamos arriba. Primer paso para habilitar un nuevo camino. Desde la UDIPopular respaldamos esa reforma constitucional y comprometemos apoyo para que nazca una nueva esperanza constitucional que una al país y no lo divida”.

De hecho, las conversaciones entre Chile Vamos y la DC se iniciaron por los días en que los diputados del Partido Republicano buscaban respaldo, particularmente en la derecha, para presentar la acusación constitucional contra la ministra del Interior, Izkia Siches. Por lo que, para continuar avanzando hacia un acuerdo, el falangismo le pidió una serie de compromisos a Chile Vamos y en especial al senador Macaya, con el fin de ir generando un ambiente propicio, de confianza, para trabajar juntos: Que su sector  no respaldara la acusación a Siches; que –en una especie de prueba de la blancura acerca de sus reales intenciones- se hiciera un reconocimiento público acerca de que la actual Constitución no responde a las necesidades del país, que la diera por muerta; y, por último, aceptar públicamente también como apropiado un quórum de 4/7 para reformar la Constitución.

El paso de las semanas ha demostrado que, con una actitud bastante práctica, el timonel gremialista asumió y cumplió el compromiso con la DC. Pero ello se debe también a que paralelamente, Macaya, también estaba tratando de articular un acuerdo en el mismo sentido en el Senado, donde había participado en varias reuniones con representantes del socialismo democrático y de Renovación Nacional.

Sin embargo, tal como analizan quienes conocen estas tratativas, tanto en el Senado como en la Cámara, están convencidos, como es lógico por su composición, que la propuesta de Rincón y Walker será aprobada en la Cámara alta sin tropiezos; sin embargo, el panorama es muy distinto en la Cámara de Diputados, donde la coalición de Apruebo Dignidad tiene un número significativo de representantes. Por lo que sin un acuerdo más amplio o incluso -como aspiran algunos- que el presidente Gabriel Boric hiciera un gesto favorable hacia esta propuesta en el Congreso o incluso llegara a patrocinarla, sería sólo un saludo a la bandadera.