Falta de alimentos para animales y de agua para riego: inquietudes de agricultores en O’Higgins
Luis Acevedo y Víctor Pontier relataron los problemas que les ha traído la inundación de sus terrenos.
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“Prácticamente, perdí todo, está completamente inundado”. Así describe su predio Luis Acevedo, productor de la Región de O’Higgins, quien tiene dos hectáreas y media para cultivar avena, lo que es equivalente a más 30 mil kilos de fardo. Tras el temporal todo su terreno quedó bajo el agua.
La avena que cultivaba era utilizada para alimentar a más de 160 ovejas reproductoras, y 90 corderos. “Ahora, no tienen para comer los animales”, lamenta junto con precisar que cuenta con tres caballos y 15 vacas.
Su terreno fue cubierto por las aguas del estero Pumanque y Nilahue, que arrasaron no solo con sus cultivos, sino que con un galpón que tiene instalado y su propia casa. “Yo miro y esto parece un balde de agua”, grafica.
El lunes a eso de las seis de la tarde decidió arrear sus ovejas al cerro. Poco después, el desborde de los esteros comenzó a descender y llenar su terreno de agua.
Acevedo comenta que, si no hubiese llevado las ovejas a un lugar con altura, las hubiese perdido. Todas “estarían muertas”, piensa.
El resto de sus animales no sufrió ninguna consecuencia grave. El problema y la principal preocupación que tiene el agricultor ahora es cómo alimentar los animales, ya que donde cultivaba los fardos no es más que agua y barro.
Riego en peligro
A unos 25 km de Acevedo, se encuentra Paredones, otra comuna de la Región de O’Higgins. Desde un predio con 10 hectáreas de paltos Víctor Pontier -otro agricultor de la zona- señala que las lluvias arrasaron con un acumulador de agua que él utiliza para regar más de seis hectáreas de árboles.
Pontier utiliza este embalse en conjunto de pozos para acumular agua en estos meses, ya que en octubre deja de caer desde los cerros a su terreno. Sin esta acumulación tendrá que reducir repentinamente la cantidad que utilice para regar sus paltos.
El tener que restringir el uso de agua, lo va a obligar a sacar sus cultivos antes de tiempo, y la próxima temporada se va a ver enfrentado a árboles con estrés hídrico y menor cantidad de flores.
Normalmente, Pontier saca sus frutas y las vende en enero, pero como consecuencia del sistema frontal, las tendrá que sacar antes. Esto significa entrar a competir con aquellos productores que venden sus frutas en los meses anteriores a él “en lo que me veo más afectado es en el precio en la que las voy a vender”
A pesar de que su sistema de regadío le imposibilita avanzar con su cosecha, el agricultor se muestra bastante esperanzado con que la situación de él y de muchos otros agricultores del país se arregle lo antes posible.