La presidenta ejecutiva de ChileMujeres, Francisca Jünemann, tiene una fórmula clara para destrabar la discusión en torno al proyecto de sala cuna: convocar una instancia técnica, tal como se hizo en la reforma previsional.
“Hay que replicar el modelo de la Comisión Técnica de Pensiones. Esa era una reforma que era muy difícil de sacar adelante, pero se convocó a expertos de forma transversal y se pudo avanzar, con diálogo”, destaca.
Para Jünemann el proyecto considera varios ejes que van en la línea correcta, pero insiste en que debe mirarse con atención la posibilidad de que exista copago.
Para la vocera, si bien la propuesta del Ejecutivo de avanzar en un beneficio tanto para madres como padres con hijos menores de dos años -que se financiará con un fondo que se construirá en base a una nueva cotización de cargo al empleador del 0,2% de las remuneraciones imponibles por cada persona contratada (hombres y mujeres)- va en la línea correcta, insiste en que hay aspectos que deben modificarse, ya que la propuesta de financiamiento no alcanzaría para costear el valor total de estos establecimientos.
- ChileMujeres ha respaldado varios ejes del proyecto en tramitación, pero han alertado que el monto que financiaría la propuesta es insuficiente…
- Sí, este proyecto tiene varios principios que van en la línea correcta. Primero, desvincula el costo de sala cuna de la contratación de mujeres, ya que se crea una cotización adicional universal por todos los trabajadores y, por otro lado, considera el principio de corresponsabilidad parental, es decir, establece el derecho para madres y para padres. Estos dos principios están bien, pero hay herramientas del proyecto que hay que modificar. Por un lado el monto y, por otro, solo se habla de salas cuna que tienen reconocimiento oficial del Estado y eso implica dejar fuera todas las salas cunas con fines de lucro que solo tienen autorización de funcionamiento por parte del Ministerio de Educación y no tienen reconocimiento.
- Hace unos días la ministra de la Mujer, Antonia Orellana, se mostró abierta a incluir los establecimientos privados con autorización de funcionamiento ¿Qué le parece eso?
- Fundamental para que pueda ser un derecho laboral efectivo para madres y padres.
- Desde ChileMujeres han planteado que debe abordarse la discusión en torno al posible copago, ya que la propuesta actual de financiamiento no alcanza para costear el valor de estos establecimientos. Si se permite el copago ¿se continuaría “castigando” la contratación de mujeres?
- Con los actuales $ 280 mil hay una brecha muy grande respecto al costo real de sala cuna. Que la referencia para establecer esa cifra sea que Junji e Integra reciban ese monto promedio por niño no significa que el valor real sea ese, ya que el Estado asume muchos otros gastos, como de infraestructura, sólo por nombrar uno.
Si el fondo cubre tan poco, alguien tiene que pagar la diferencia. Si lo pagan las empresas, afectará a las PYME las cuales no contratarán a madres ni padres de niños menores de dos años para no verse expuestas a esto. Si lo pagan las personas, afectará a las mujeres de menores ingresos las cuales no tienen sueldos que hagan posible el pago de una diferencia así, dejándolas en la práctica sin este derecho laboral.
Por lo que de haber copago debe ser reducido y el fondo cubrir mucho más a través de cotizaciones adicionales muy bajas y aporte del Estado para encarecer lo menos posible la contratación la cual afecta la formalidad. Este gasto del Estado se paga sólo, porque más trabajo formal de mujeres es más PIB. Ahí está una gran oportunidad de crecimiento económico.
- ¿Ve realmente factible avanzar en este tema durante este año?
- Sí. Llevamos tres décadas discutiendo este proyecto. Las personas que estamos en esto, organizaciones que hemos trabajado en torno a este tema, tenemos la película súper clara. Yo creo que en un plazo de seis meses se puede sacar perfectamente adelante, pero con diálogo, con una instancia de conversación técnica. Hay que replicar el modelo de la Comisión Técnica de Pensiones. Esa era una reforma que era muy difícil de sacar adelante, pero se convocó a expertos de forma transversal y se pudo avanzar, con diálogo. Acá hay que replicar ese tipo de conversación.